Sacerdote Alejandro Solalinde |
Mérida, 5 de febrero (Notimex).- El Premio Nacional de Derechos Humanos 2012, Alejandro Solalinde, llamó a mirar en los migrantes un espejo de las realidades que se viven en México y la región, así como “una luz de lo que somos como nación”.
En su participación en el foro Retos y avances de los protectores de los derechos humanos, rechazó que la tarea de los derechos humanos para con los migrantes se concrete sólo a ofrecerles un “panecito”.
La causa de los migrantes, dijo, es un ejemplo de que diversos sectores y estratos sociales pueden ponerse de acuerdo.
Ante estudiantes de la Universidad Autónoma de Yucatán, el fundador del albergue “Hermanos en el camino” señaló que “si valoramos al migrante nos valoramos a nosotros mismos. En el migrante se juega la madurez, el aprecio, la aceptación humana”.
“Los migrantes no son personas a las que hay que tener lástima, no son personas a las que hay que dar un panecito, no son objetos de asistencia, son sujetos de una gran transformación que está sacudiendo la conciencia de México, Centroamérica, Estados Unidos y el mundo”, dijo.
Solalinde también definió a los migrantes como “una luz que deslumbra a su paso las diferentes realidades y deja al descubierto lo que realmente somos, sin simulaciones, lo que hacemos, las clase de relaciones que tenemos”.
El clérigo añadió que el migrante “viene de una experiencia de pobreza y de violencia de su lugar de origen, experiencia desastrosa, pero no han perdido la esperanza, va adelante”.
“Ellos nos han cambiado la vida y van por el cambio del mundo y estamos ante una formidable transformación mundial sin precedentes, nadie puede escapar a ese mundo”, afirmó.
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