sábado, 5 de mayo de 2012

Neoliberalismo práctico

Autor: Darío Botero Pérez
Enviado por: Darío Botero Pérez

1/10.- Escuchando a un candidato mexicano a la presidencia, quien posa de sensato pero cuyo nombre no retuve ni supe a qué partido o movimiento pertenecía, alcancé a captar ciertos planteamientos sobre algunos temas que hacen parte de las diversas y abundantes recetas neoliberales que tanto han colonizado a Chile y Colombia, y que los potentados insisten en aplicarles con toda profundidad a los países que no las han adoptado plenamente.


Algunos se habían librado por un nacionalismo obligado, como el que protegió a México antes de la ofensiva neoliberal que le impuso el Tratado de Libre Comercio con los tiburones USA y Canadá. Hasta entonces, el país hermano vivía aterrado y receloso por las aventuras expansionistas de su vecino sajón, que lo había desmembrado a mediados del s. XIX, de modo que no estaba muy dispuesto a dejarse esquilmar de nuevo; pero le está ocurriendo.

A otros, los más, los protegió en años anteriores su nivel de atraso y su relativamente escasa importancia geoestratégica que, junto a su debilidad y la sumisión incondicional de sus gobiernos al Imperio, indujo a éste a conservarlos como países de reserva.

En ese entonces, el grado de saqueo de los llamados “recursos naturales” no había alcanzado la desmesura que ha llevado a la escasez del presente, cuando no quedan sino los restos y la capacidad de agotarlos es inmensa y absolutamente demencial.

Antes no era necesario explotarlos todos. Ni la maquinaria para hacerlo estaba tan desarrollada. Ni los controles racionales, tan relajados o “desregulados” como los que les ha impuesto el Neoliberalismo a todos los países, sobre todo a partir de las ejecutorias del actor presidente, Ronald Reagan. Ni la pérdida de la soberanía de los países era tan grande y evidente. Ni los gobernantes, tan títeres. Ni la expansión del sionismo, tan amplia y desesperada.

Ni tan apabullante y consolidado se hallaba el Nuevo Orden Mundial de los potentados, que ha convertido los países en auténticas colonias sujetas a la autoridad de un gobierno que nadie ha elegido y que las mayorías no conocen, aunque cada vez las oprime más.

Se trata del “gobierno mundial en la sombra” que sólo la acción multitudinaria de los ciudadanos conscientes podrá derrotar, durante la agonía del sistema consumista y jerárquico que se guía por las bestialidades del Neoliberalismo.

Es una tarea indelegable de los pueblos porque a los sionistas y demás potentados apocalípticos no hay gobierno que se les oponga, no sólo por cobardía sino porque a todos les sucede lo predicho y observado por lord Acton en el s.XIX, con suficiente anticipación como para que lo sepamos todos y dejemos de auto engañarnos con los delirios de los déspotas.

Lo que afirmó el nobiliado caballero fue que “el poder corrompe, y el poder absoluto corrompe absolutamente”. Por eso, la única solución radical y auténtica es que el poder resida en el pueblo pero en ningún representante, de modo que se ejerza públicamente y con responsabilidad por todos y cada uno de los ciudadanos que deseen intervenir en los asuntos que les competen.

Por tanto -considerando la universal perfidia de quienes anhelan el poder y lo ejercen despojando a los demás de su sagrado derecho porque, supuestamente, éstos carecerían de las excelsas cualidades políticas que aquellos derrocharían por virtud no se sabe de cuál condición innata-, hay que insistir en que para adelantar los saqueos simultáneos que están en curso por todo el Mundo, condenando a las mayorías a la miseria eterna al despojarlas de la biosfera, no interesa cuál sea la ideología con la que subyugan y fanatizan a los pueblos los impostores que los suplantan en el gobierno. Como sabemos, algunos son elegidos; y muchos otros, simplemente impuestos y sostenidos por la fuerza, como el notable criminal Bashar al Assad en Siria, quien tiene asqueado al Mundo decente.

Todos los cipayos, así aparenten no serlo y pretendan pasar como independientes y soberanos, aplican las recetas letales para las mayorías. Lo hacen con tanta devoción, no sólo como Uribe Vélez, Santos Calderón y demás vendepatrias criollos en Colombia y el resto del tercer mundo, sino como Rajoy en España.

Es que la ofensiva de los potentados (y le ofrezco disculpas por el uso reiterado de la misma palabra que verá a continuación) ya también acosa a los países del llamado Primer Mundo, desde que los banqueros sionistas resolvieron arruinar el Mundo y apoderarse de los países para consolidar su Nuevo Orden Mundial regido por un gobierno mundial, único y secreto, controlado por los Rothschild en su condición de grandes y poderosos representantes del “pueblo elegido”.

Hasta ahora, en ningún gobierno han encontrado obstáculos reales a su ambición, a pesar de alguna retórica antiimperialista que algunos creen que los diferenciará, ante sus pueblos engañados, de los vendepatrias declarados.

Pero los potentados depredadores, como los petroleros, los mineros, los madereros, los que construyen túneles, represas y súper carreteras; los que tienen como su negocio extinguir especies; los que se apropian de los monopolios públicos del agua, la energía, las telecomunicaciones, la salud y la educación, y hasta de la administración de justicia; y, sobre todo, los que manejan a su conveniencia y antojo el vital y estratégico monopolio financiero; todos ellos han contando con la complicidad de los gobernantes traidores a sus pueblos en sus aventuras delictivas contra la Vida y la Naturaleza y la Humanidad.

Los vendepatrias insisten en aprovechar su oportunidad de enriquecerse de cuenta del erario, tanto como mediante los negociados que son propios del ejercicio del poder, en todos los lugares infectados con el autoritarismo jerárquico, durante todo el tiempo trasncurrido en lo que conocemos como Historia.

Es algo que se ha presentado desde el inicio y como característica del atroz período, en todas partes, como lo puede corroborar cualquiera, sea a donde sea que mire, con muy escasas excepciones que tenemos la obligación de hacer que se conviertan en la regla en la sociedad plana que remplace las actuales, piramidales y consumistas.

Dadas las condiciones personales de lobo furioso e inescrupuloso que exige la lucha por tomarse y mantener el ejercicio del poder, gobiernos probos no existen ni han existido en las sociedades verticales y despóticas que han dominado en el período antropológico que estamos obligados a superar. Es indispensable trascenderlo si no queremos desaparecer con él, como sucederá debido a la irracionalidad y las ambiciones de quienes han vivido en la cúpulas de la pirámide social y no están dispuestos a perder sus privilegios por ningún motivo.

Quizás haya muy escasas excepciones como, tal vez, el imperio de Mali con su ejemplar declaración de derechos, que pudo inspirar a los esclavistas franceses años después; o la Bagdad de Harun Al Rachid, según los relatos de Las Mil y Una Noches.

Pero es claro que la repugnante moral histórica, que tan magistralmente supo exponer Maquiavelo en “El Príncipe”, sólo respeta a los potentados que no se duerman, pues a los que se duermen o se descuidan los castiga, como a Silvio Berlusconi o a Dominique Strauss-Kahn.

El último personaje, impune todavía, ha denunciado con dolor la maquinación de la que fue víctima en 2011, aprovechando su carencia de ética y su instinto de sátiro, para arrebatarle la presidencia del FMI a favor de la abusiva Christine Lagarde.

Igualmente le arrebataron su oportunidad de aspirar a la candidatura a la presidencia de Francia, en nombre de un absurdo y falaz socialismo plutocrático. (Ver anexos “¿Emboscaron a Strauss-Kahn para salvar al dólar?”, por: Thierry Meyssan, y “FMI: Lamentable símbolo de un sistema capitalista y patriarcal”, por Stéphanie Jacquemont, Damien Millet, Eric Toussaint y Christine Vanden Daelen, miembros del Comité para la Anulación de la Deuda del Tercer Mundo (CADTM, www.cadtm.org ))

Desde luego, semejante engendro ideológico-político es una caricatura cínica de lo que tal doctrina significa, como quedó claro en los 1980, cuando sutilmente los franceses comenzaron a perder su Estado de Bienestar desde la presidencia de Francois Mitterand, el tocayo y copartidario del socialista Hollande.

En la campaña presidencial, éste se perfila como el más probable triunfador el 6 de mayo de 2012, en la segunda vuelta presidencial contra el derechista Nicolás Sarkozy, quien es un declarado, desacreditado, manipulador y no taimado neoliberal, al contrario de los presuntos socialistas, realmente rabiosos neoliberales. Históricamente, éstos iniciaron el despojo de las conquistas sociales de los franceses; despojo que los conservadores han continuado y agudizado consistentemente, contagiando a quienes los han tomado como modelo o han caido como sus víctimas.

En consecuencia, extrapolando las situaciones, tal vez próximamente le toque beber las amarguras del fracaso al ecocida y fratricida rey de España, porque los potentados también viven una feroz competencia propia de los lobos de Tomás Hobbes, de modo que no desperdiciarán la oportunidad de cobrárselas al diestro personaje criado por el Caudillo Francisco Franco, quien, para dejarlo como rey de los españoles, le exigió “probar finura”, como cualquier mafioso de las comunas de Medellín o de las maras del Salvador, asesinanado a su hermano menor sin mosotrar arrepentimiento.

Por la misma razón, a Sarkozy no le darán una segunda oportunidad, pues está demasiado desacreditado, de modo que a los amos del Mundo, para seguir imponiendo la política neoliberal, les sirve más un falso socialista capaz de despertar expectativas y adormecer a las masas, como lo están haciendo los gobiernos demagogos que posan de antiimperialistas mientras les autorizan toda clase de saqueos a las corporaciones enemigas de la Vida.

Así está procediendo, para escándalo de los marxistas ortodoxos y supersticiosos, como cualquier dogmático de cualquier ideología, la “revolucionaria” Cuba al amangualarse, para destruir el famoso litoral turístico en busca de petróleo, con la depredadora Repsol que Cristina Fernández expulsó de Argentina. Ojalá rectifiquen y asuman actitudes dignas, como la Kirchner o el mismo Evo Morales, quien sigue nacionalizando monopolios estratégicos. Sólo falta que dediquen a los jóvenes a prepararse adecuadamente para operar esas empresas, de modo que los politiqueros ineptos y demagogos no se las roben.

El indispensable embrutecimiento de las masas amorfas, que invisibilice los saqueos mágicamente, tal vez, en Francia, Francois Hollande puede lograrlo, si es que los pueblos siguen viviendo de ilusiones y condenados a la miseria, pagando lo que se han robado los potentados. Es algo que está por verse en la medida en que las multitudes conscientes van desplegando su poder, sin pedirle permiso a nadie y rechazando la impuesta condición de masas manipulables por toda clase de demagogos.

2/10.- Retornando a las breñas latinoamericanas -a juicio de los depredadores mortecinos que han causado la crisis definitiva del sistema jerárquico y consumista, aunque se nieguen a admitirlo y sigan chapaleando para mantener su hegemonía-, llegó la hora de saquear los recursos del “patio trasero”, como han considerado los potentados usanos a Latinoamérica y lo postuló tempranamente James Monroe cuando Bolívar aún vivía, lo cual le permitió al lúcido y perspicaz libertador denunciar con suficiente anticipación el trágico destino que nos trazó el naciente Imperio.

La razón para voltear la mirada a nuestros territorios es que, debido a su explotación desmedida y torpe, los recursos escasos cada vez lo son más, aunque el consumismo moribundo los necesita vitalmente para prolongar su agonía, de modo que los potentados no dudan en acabar con lo poco que queda para que los balances anuales puedan seguir mostrando saldos en negro; o sea, utilidades corporativas, así la depredación de la Naturaleza y la miseria para los pueblos sean crecientes, lamentables y hasta irreparables, como lo puede sospechar hasta el más simple de los humanos.

El despojo y la depredación de los recursos naturales se están logrando, con la complacencia de los vendepatrias, a cambio de divisas sin valor. Ben Bernanke se las suministra a manos llenas a los potentados para que se apropien de las verdaderas riquezas que se encuentran en los territorios de los países, lo cual logran mediante el soborno a sus despreciables gobernantes.

Se trata de un desafío que de todos modos es mortal, a no ser que la Humanidad decente intervenga y lo resuelva sin complejos ni timideces, con solidaridad e inteligencia, recuperando los recursos o materias primas de los basureros que agobian las expresiones de vida en todos los escenarios, en vez de seguir saqueando las entrañas de la Tierra, causando daños irreparables en términos humanos.

Esta sería la solución adecuada para sostener unos niveles de consumo satisfactorios y universales sin necesidad de seguir agrediendo la Madre Tierra, destruyendo nichos ecológicos y cadenas alimenticias por todo el planeta mientras le endilgan las graves consecuencias sobre el medio ambiente al calentamiento global, como lo hace el lacayo carismático y mentiroso, Al Gore, y los medios de manipulación insisten en difundirlo y confirmarlo como una verdad no sólo incómoda sino absoluta.

En su locura plutocrática y parasitaria, los potentados depredadores y genocidas, auténticas momias insepultas o zombis despreciables que pretenden robarle a la juventud su oportunidad sobre la Tierra, insisten en aplazar unos cuántos meses su irremediablemente muerte, que coincidirá con la de la Historia y permitirá enterrarlos juntos.

El esperado evento sucederá ya sea porque establezcamos una sociedad plana y global, obviamente superior a cuantas hemos conocido, basada en la igualdad esencial de todos, que el mismo Jesús enfatizó contra los arrogantes de su época, calificándola de condición intrínseca para cada ser humano como hijo de Dios e independientemente de cuánto dinero o cuánto poder haya acumulado.

O ya sea porque los sionistas logren realizar su Juicio Final, que coincide con la batalla definitiva en Armagedón, profetizada por el apóstol Juan en el Apocalipsis. La razón para atribuirle tal poder al sionismo es que las bombas atómicas permiten augurar que una guerra fundada en ellas sería el acabose definitivo, como claramente lo advirtió Albert Einstein. Y tanto Israel como su gran colonia en América, USA, además de varios de sus rivales más encarnizados, poseen semejantes armas de destrucción masiva.

3/10.- Retomando la motivación inicial de este escrito, para evaluar la imposibilidad de resolver la crisis acudiendo a las recetas contraproducentes de quienes la han causado, conviene comentar algunos de los asuntos que percibí en la televisada entrevista con un candidato que parece independiente y bastante lúcido, a su propio juicio, al menos, o así quiere ser percibido.

* Para luchar contra la corrupción propuso eliminar las policías municipales, remplazándolas por una de ámbito nacional.

Tal medida desvirtúa el carácter civil de la policía, cuya función debería ser proteger el orden público y la seguridad física de los ciudadanos, garantizando el ejercicio de sus derechos a nivel local, fundamentalmente, lo cual es más fácil cuando quienes ejercen las funciones tienen lazos de identidad y solidaridad con aquellos que deben vigilar, proteger y educar en urbanidad y civismo.

Cuando las asumen personas traídas de otras regiones, sin arraigo donde ejercen su labor policiva, la suerte de los ciudadanos comunes y corrientes empeora notablemente.

Su tranquilidad queda sujeta a las arbitrariedades de individuos ajenos a la comunidad y a sus demandas de convivencia digna y respetuosa; ignorantes de las costumbres y de los vericuetos del lugar; sin afectos donde desarrollan su labor -improductiva, represiva y costosa- en defensa de un orden social que subyuga a las mayorías indefensas y honradas para proteger a los patronos de quienes las subyugan. Dichos patronos serían los amos de todos, tanto de los reprimidos como de los represores y los gobernantes.

Este tipo de propuestas retrógradas constituyen una manera de diluir las responsabilidades de los altos jefes políticos y militares, quienes establecen pactos con los delincuentes mientras plantean falsas soluciones a los problemas que causan, para que sea imposible resolverlos.

Además, es corriente que el presunto problema, en sí mismo, sea una falsedad. Así ocurre, por ejemplo, con la satanización del consumo de alucinógenos, que es una práctica atávica de la Humanidad pero a cuyos practicantes actuales se les quiere presentar ante la sociedad como enfermos, cuando no como delincuentes.

Es que el Imperio halló en esa inclinación por las sustancias psicoactivas una fuente inagotable de recursos y de corrupción, capaz de ayudarle en su campaña de degeneración acelerada de los países para convertirlos en inviables, fallidos o parias, al condenar a los habitantes a subsistir acudiendo al crimen, como ha ocurrido con Haití, Afganistán, Albania, Colombia y México, y está ocurriendo con las naciones centroamericanas a un ritmo que asusta.

Se trata de una política estratégica, impuesta por el Imperio usano porque le proporciona inmensos ingresos ilegales y enorme poder, de modo que controla el negocio a través de la DEA. Pero sólo le funciona siempre y cuando la actividad siga tachándose arbitrariamente de ilegal.

Por tales razones, es imposible que USA, gobernada por la Continuity of Govermment que controla al títere Obama, admita la despenalización, aunque muchos de sus ciudadanos sean adictos incurables que no le hacen daño a nadie, a no ser que se los prive de la satisfacción de su vicio. Y aún en esas condiciones de escasez artificial, muchos seguirán siendo indefensas víctimas de una política perversa que les amarga sus vidas al criminalizar sus gustos y apetitos.

Con tal deformación de la realidad, los mojigatos sostienen que a los adictos hay que curarlos o castigarlos, en vez de dejarlos vivir su vida tranquilamente, como a cualquier otro ciudadano adulto responsable de sus actos, mientras no dañen a terceros, lo cual no impide prestarles la ayuda necesaria, cuando la soliciten, a quienes deseen superar sus adicciones por su propia decisión.

No se trata de negar que las sustancias sicoactivas pueden ser peligrosas para la salud, como lo son los deportes de alto riesgo o las armas de fuego, por ejemplo, sino de reinvidicar el derecho de los adultos a consumirlas sin interferencias de amargados congénitos que abusivamente se atribuyen el derecho a controlar las vidas ajenas estableciendo prohibiciones arbitrarias de conductas que, en sí mismas, no perjudican a terceros.

En consecuencia, la arbitrariedad termina postulando delitos sin víctimas, lo cual es una auténtica aberración para el Derecho y una fuente de verdaderos delincuentes surgidos al amparo de la medida, como lo vemos con la proliferación de sicarios y con tantas barbaridades más imputables a la abusiva prohibición.

4/10.- Volviendo al tema de los abusos de la policía contra los ciudadanos, con sus argucias, a la hora de rendir cuentas por sus tropelías, los altos mandos no titubean en asignarles las responsabilidades a los subordinados.

Así lo ha hecho en Colombia -contando con la colaboración y hasta la iniciativa del actual presidente Juan Manuel Santos, quien puede resultar hasta peor-, el peligroso enemigo universal, lacayo impenitente y persistente como el que más, Álvaro Uribe Vélez, con los escandalosos casos, entre tantos más, de los “falsos positivos”, de las “chuzadas ilegales” y de las “fosas comunes”, delitos en cuya ejecución contó con la complicidad y la iniciativa de su ministro de defensa, el inefable Juan Manuel.

Y eso por no profundizar en los desplazamientos y sus aterradoras consecuencias sobre las familias y el tejido social; ni en la vergonzosa entrega -con garantías de estabilidad jurídica de sus leoninos privilegios a los inversores extranjeros-, de nuestros territorios a la voracidad de los halcones y demás potentados ecocidas, animalicidas y genocidas.

Cuando no es posible culpar a los subordinados que carecen de iniciativa y están obligados a obedecer órdenes de sus “superiores”, las responsabilidades se las endilgan a las estructuras organizativas, cayendo en posturas supersticiosas que hacen más difícil vislumbrar soluciones auténticas.

Pero los corruptos siguen impunes y actuantes, pues todos están amangualados, y el que no se someta y se corrompa, desaparece de las estructuras de poder.

Es algo típico de las sociedades jerárquicas y despóticas que han dominado en la Historia y que estamos obligados a superar si no queremos desparecer con ellas. ¡Y su fin está próximo!

* Extensión del IVA a todos los productos, porque así es más fácil recaudar los impuestos; y privatización de las conquistas sociales.

Desde luego, en cuanto al impuesto al valor agregado (IVA), su fácil recaudo es una forma expedita de garantizar los ingresos del Estado con que se enriquecen los politiqueros corruptos.

Pero viola ostensiblemente los principios de equidad, eficiencia y progresividad que constituyen los criterios liberales para el establecimiento de impuestos en una sociedad que pretenda ser equilibrada, de modo que quienes más ganen más habrían de pagar.

En Colombia se viola tal disposición desde la promulgación de la Constitución de 1991, que postuló expresamente dichos principios liberales en su artículo 363. La razón del abuso es que César Gaviria Trujillo, quien era el presidente en ese entonces, se destaca como quien “modernizó” el sistema tributario nacional, ayudado por un señor de apellido Fino pero de pésima calidad ética e ingrata recordación. Éste individuo fue nombrado por Gaviria como jefe de la DIAN (Departamento de Impuestos y Aduanas Nacionales).

El mismo funesto personaje, luego se encargó -mediante saqueos de sus ingresos y su patrimonio, memorables por lo voluminosos e impunes- de ponerle la lápida al ISS (Instituto de Seguros Sociales), que había sido creado a raíz de los acertados y racionales consejos del chileno Raúl Prebisch, difundidos en nuestros “atrasados” países por la CEPAL a mediados del s. XX y que se conocieron como la política de “sustitución de importaciones”.

Posiblemente, las mismas argucias se emplearán en los países que todavía conservan esa valiosa conquista, buscando privatizar el servicio de salud con consecuencias tan funestas como las que sufre Colombia y que cada vez son más innegables a la vista de los escándalos que no dejan de salir a la luz, aunque muchos continúan ocultos, sobre todo aquellos en que Uribe Vélez y sus familiares y amigos cercanos están involucrados.

No obstante, los canallas insisten en que la privatización del ISS, Cajanal y Caprecom fue una medida conveniente, pues el descrédito mediático y calumnioso no ha cesado, así como los panegiristas del Neoliberalismo no dan su brazo a torcer. Se trata de casos de manipulación mediática como el que está protagonizando la saqueadora Pacific Rubiales al posar de defensora del medio ambiente y redentora de la población que ha despojado de sus tierras y que heredará desiertos una vez se agote el petróleo y la multinacional canadiense se retire de la región de Puerto Gaitán.

Es que, efectivamente, la privatización de las instituciones de salud, que prestaban un servicio orientado a la curación de la enfermedad en vez de buscar maximizar la utilidad comercial, aunque ha deteriorado de manera inadmisible la atención de la salud para la población, fue altamente ventajosa. Pero lo fue para los ladrones que asaltaron el sistema público de la salud, porque el deterioro en la prestación del servicio es evidente y creciente para los indefensos usuarios. Inclusive, el despojo desvergonzado del ISS mediante la venta a menosprecio de sus activos a las instituciones privadas, es un auténtico robo oficial que ha enriquecido a los cercanos al régimen.

La razón para calificarlo como otro delito de la dictadura furibista se funda en que los verdaderos dueños eran los trabajadores y los patronos ya que el gobierno, que se reservaba el derecho a nombrar a los gerentes de la Institución, nunca aportó la tercera parte que le correspondía para financiar el sistema de salud para el sector laboral.

Pero tampoco dejó de atacar a la institución; ni el personal adscrito a ella, de defenderla, como lo recuerda la ejemplar huelga nacional de los trabajadores de la salud, protagonizada en 1976 y que evitó la privatización durante el gobierno del “pollo” López, prematuro promotor del Neoliberalismo en todo el subcontinente, cínico y estafador.

Este destacado personaje, a quien la mediocre oligarquía santafereña le atribuía flema inglesa, también causó la crisis mortal de la sociedad anónima aliado con su primo, el “águila” Jaime Michelsen Uribe, quien -en su condición de presidente del grupo bancario más poderoso en esa época- no tuvo inconveniente en violar las limitaciones tradicionales y legales para los monopolizadores de la actividad financiera.

Abusiva e ilegalmente aprovechó el ahorro del público y la información privilegiada de la que disponía como banquero y miembro de muchas juntas directivas de empresas productivas, esto es, pertenecientes a la economía real, para apoderarse del sector real de la economía, que es el que verdaderamente interesa, no obstante los cantos de sirena de los usureros que monopolizan el crédito y, con semejante recurso, paralizan la producción, fomentando el desempleo y la miseria mientras estafan ingenuos ambiciosos con absurdos productos financieros, como las hipotecas sub prime y tanto papeles basura más, incluidos el dólar y el euro que posan de monedas internacionales o divisas.

Su maniobra ilegal, una vez la justicia resolvió castigarla, le costó al astuto primo su exilio en la Panamá del mafioso Antonio Noriega, tanto como su desprestigio personal.

Pero ahora, semejante comportamiento delincuencial -llevado al climax con la crisis económica definitiva del sistema consumista y jerárquico, que se inició en USA- es premiado por el Imperio, como lo hemos visto allí y en Europa a raíz de la burbuja hipotecaria y de todos los malos manejos del sector financiero que se han destapado desde entonces pero que nadie castiga, aunque han convertido el mundo en un casino acudiendo a delitos como los del “águila” en Colombia. O, en USA, a los del simpático Bernard Madoff, quien sólo estafaba a potentados del primer nivel, lo cual le costó una condena a 150 años de prisión, el agradecimiento de los de niveles inferiores, que se salvaron de la estafa porque Madoff no les recibía fondos, y las simpatías de los desamparados.

Los gobiernos, mostrando su verdadera catadura y demostrando a favor de quienes gobiernan realmente, en vez de castigarlos como se merecen, han preferido premiar a los potentados causantes de la crisis poniendo a su disposición las arcas del Estado y recortando las conquistas ciudadanas, con la honrosa excepción de Islandia cuyo ejemplo hemos de seguir todos quienes no somos potentados y nos sentimos dignos.

5/10.- En cuanto a César Gaviria Trujillo, se trata de otro notable neoliberal colombiano, altamente oportunista, como lo demuestra su súbita conversión en paladín en la exigencia de legalización de los alucinógenos. Lo ha hecho junto a Zedillo y a Cardoso, otro par de destacados ex presidentes neoliberales latinoamericanos, de México y Brasil, respectivamente.

En cuanto a Gaviria -quien recibió la candidatura a la presidencia por designación del hijo adolescente de Luis Carlos Galán Sarmiento, en el cementerio Central de Bogotá cuando se efectuaba el entierro del caudillo del Nuevo Liberalismo, asesinado en 1989 por orden de Pablo Escobar Gaviria, instigado por Alberto Santofimio Botero, y “complotado” con las autoridades del macabro DAS, durante una manifestación en Soacha-, se trata del mismo personaje que, como presidente entre 1990-94, se destacó por la decretada apertura incondicional de nuestros frágiles mercados a la batería pesada de las mercancías traficadas por los grandes monopolios multinacionales.

También puso nuestra infraestructura prodctiva y los recursos naturales existentes en el territorio a disposición de los inversores extranjeros, que, en esa etapa relativamente temprana de penetración del Neoliberalismo en Colombia, se dedicaron a adquirir las grandes empresas nacionales y a remplazar la mano de obra contratada por éstas, con cooperativas de trabajo asociado y con contratistas independientes, lo cual no sólo ha deteriorado seriamente los ingresos de los trabajadores sino que ha contribuido a diezmar los sindicatos. Desde luego, el surgimiento de la maquila también se rastrea en ese entonces. Es lo contrario a lo sensato que Hugo Chávez Frías pretende instaurar con su reforma laboral en Venezuela.

Tales medidas antinacionales y abiertamente pro imperialistas -que su entonces ministro Ernesto Samper Pizano tuvo el valor y la dignidad de criticar públicamente, al menos en lo referente a la apertura de los mercados nacionales a las importaciones- fueron otro golpe mortal a nuestra soberanía económica.

La apertura permitió que los mercados se inundasen de mercancías cuyo precio de venta era inferior al costo de producción para los productores nacionales, lo cual fascina a los consumidores, pero en poco tiempo los pone a llorar, cuando pierden sus empleos porque las empresas criollas no aguantan la competencia, de modo que se arruinan.

Por su lado, la apertura a los capitales foráneos, ofreciéndoles garantías jamás concedidas a los nacionales -a no ser a los grandes potentados, como los Santodomingo o Carlos Ardila Lule o Luis Carlos Sarmiento Angulo y unos cuantos más-, desnacionalizó las empresas fundadas por criollos, tanto industriales como agropecuarias, que habían soportado la ofensiva con que el “águila” les dio el golpe mortal a las grandes empresas colombianas organizadas como sociedades anónimas, que causaban sana envidia en algunos países del sur. Su fracaso no estalló en el gobierno del “pollo” sino en el de Belisario Betancur Cuartas, quien asó, en diciembre de 1985, a los grandes magistrados de la Corte Suprema de Justicia.

A propósito de este último personaje, nacido en Amagá -quien había cobrado fama desde joven, cuando fue ministro del trabajo de Guillermo León Valencia y resolvió eficazmente la huelga de los obreros de Cementos El Cairo, en Santa Bárbara, Antioquia, donde también queda Amagá-, su período presidencial corrió entre 1982 y 1986.

O sea, después del del funesto inspirador del famosos Estatuto de Seguridad que postulaba que los ciudadanos del pueblo eran culpables mientras no demostrasen su inocencia, lo cual fue su gran aporte al Derecho, que lo ha registrado con el sonoro nombre de “doctrina Ñungo”.

En cuanto a este renovador de las doctrinas jurídicas universalmente aceptadas en las sociedades civilizadas, se trata de Julio César Turbay Ayala (1978-82), quien nombró al joven Álvaro Uribe Vélez como jefe de la Aeronáutica Civil durante su inolvidable cuatrienio presidencial.

También es el padre homónimo de quien, como demostración de la lealtad entre politiqueros vendepatrias, fungió de Contralor General durante buena parte de la dictadura furibista, cargo en el que actuó como delincuente y cómplice de los delincuentes que aprovecharon la dictadura para cometer toda clase de delitos, muchos de ellos todavía impunes y hasta ocultos deliberadamente .

Ah, se me olvidaba, la temprana fama de Belisario no sólo se debió a que las iniciales de su nombre coincidían con los de la provocativa francesa y símbolo sexual universal, Brigitte Bardot, sino a que resolvió la huelga de marras ordenando que los camiones cargados con cemento pasasen por encima de los cabeciduros obreros que insistían en acostarse en la carretera para impedirlo, lo cual contó con el beneplácito de la oligarquía y convirtió al amagaseño en héroe del establecimiento, digno de aspirar a la presidencia de la “república” pese a su origen humilde.

Lo curioso es que este genocidio repugnante tampoco se lo ha cobrado la “justicia” colombiana. ¿Será que la internacional lo puede hacer antes de que muera impune, como murió su ministro de defensa, Miguel Vega Uribe, verdadero autor, en alianza con Pablo Emilio Escobar Gaviria, del ataque rabioso al Palacio de Justicia, para quemar los expedientes que lo relacionaban con narcotráfico y asar vivos a los jueces probos que se habían atrevido a investigarlos?

Desde luego, así el coronel Alfonso Plazas Vega comparta apellido con el fallecido general, es injusto que se le endilgue toda la culpa por el aterrador magnicidio, del cual fue el jefe operativo en el inusual escenario de guerra en que convirtieron el Palacio de Justicia, cuando es claro que Belisario asumió públicamente la responsabilidad por tan horroroso crimen, y se negó a acatar las órdenes del presidente de la alta corte, quien pedía el inmediato cese al fuego iniciado por los militares, tanto el de las balas como el de las llamas.

6/10.- Muchas de esas grandes empresas creadas por empresarios nacionales a la luz de las políticas de la CEPAL, estaban organizadas como sociedades anónimas en las que invertían con confianza los sectores rentistas de la clase media. Al efecto disponían de tres bolsas de valores convenientemente distribuidas por la geografía nacional en Bogotá, Medellín y Cali, tanto como de abundantes intermediarios, reputados de honrados, que hacían expedita y segura la negociación de acciones.

Ahora está centralizada en una sola bolsa de valores, ubicada en Bogotá y organizada al servicio de los inversionistas extranjeros que, mientras les imponen una contabilidad estandarizada a nivel mundial a las empresas que desean controlar, insisten en fusionar la bolsa con las de países como Perú y Chile, cuyos gobiernos son lacayos de confianza para el Imperio.

Pero, además de arruinar a tantas empresas nacionales, César Gaviria Trujillo, recordando su tradicional muletilla expresada en tono chillón, “ciertamente” facilitó el recaudo de impuestos con la universalización del IVA. También lo hizo al eliminar la necesidad de declarar rentas para muchos pobres con ingresos incipientes.

Según las ideas del candidato mejicano, Gaviria habría procedido así no por lacayo neoliberal sino porque admitió que era más eficiente cobrar los impuestos en la fuente. Esto es, al hacer la transacción o causar el ingreso.

Sería por eso, y no por ampliar la brecha social poniendo a los pobres a sostener al Estado, que la medida también se les aplicó a los asalariados reteniéndoles parte de sus emolumentos y obligando a los patronos a recaudarlos y girarlos al fisco.

Adicionalmente, la eliminación del requisito de presentar declaración de rentas y patrimonio sirvió para que muchos ricos dejaran de tributar directamente por tales conceptos. Esto también parece que beneficia la eficiencia tributaria, pues la elusión y la evasión son muy difíciles de detectar y combatir, de modo que es mejor que los ciudadanos no se vean tentados a cometerlas, y la forma más segura de garantizarlo es quitarles ese requisito de declarar.

Al fin y al cabo, con el correr del tiempo, el gobierno halló una manera expedita de sacarles algo de tributos a los verdaderamente adinerados, no mediante la imposición directa propiamente sino a través del mecanismo de cobrar las transacciones financieras efectuadas por los clientes con cuentas bancarias.

Pero, aún así, los principales castigados con la medida no son los grandes potentados sino las clases medias y las pobres que han sido bancarizadas.

En consecuencia, la tributación de los potentados sigue siendo marginal, como lo piden los republicanos en USA, amparados en las doctrinas sionistas del Neoliberalismo elaboradas a partir de las alucinaciones y los delirios de la novelista y filósofa rusa, nacionalizada como usana, Ayn Rand, como sabemos y tenemos que repetirlo para que los que no lo sepan lo aprendan y no lo olviden, pues lo que está en juego es valioso para todos, y a todos nos incumbe.

Para redondear la faena de la eficiencia, Gaviria, como lo había hecho con los patronos, obligó a las instituciones financieras a que recauden y pongan a disposición del fisco los tributos generados por las transacciones financieras.

Además, a pesar de que su implementación contradice el mandato constitucional, como ya sabemos, se esmeró en extender el IVA a toda clase de productos, incluyendo los de la canasta básica familiar que habían gozado de exenciones por razones obvias de justicia social y elemental supervivencia.

Desde luego, una vez impuesta la costumbre de tributar por el valor agregado sobre toda clase de productos, bienes y servicios, la tarifa, que apenas era de un 4% y para ítems básicamente suntuarios, ahora va por el 16%; y es suceptible de que la aumenten cuando se les antoje o se los ordenen los amos del Mundo.

Presuntamente, la razón “técnica” sería que también es muy fácil cobrarlo en la fuente, aunque es inconstitucional y agudiza la desigualdad social y la pauperización de las mayorías que, de todas formas, se ven obligadas a consumir, así no sea sino los productos básicos para no perecer de inanición o para no vivir en medio de dolores que puede curar cualquier analgésico, pero que el IVA hace más costosos y, frecuentemente, inaccesibles para quienes no tienen ingresos o son mínimos los que tienen.

Desde luego, la obligación de recaudar y consignar en las arcas oficiales los ingresos del IVA, también se les endilgó a quienes lo perciben en la fuente, pues su eficiencia es ejemplar. Sin duda, todos los que no la han adoptado no tardarán en hacerlo, ya que, además, es una imposición imperialista inspirada en el Neoliberalismo universal.

7/10.- * Apoyo a los imprescindibles potentados y despojo de quienes no lo son.

Tal calamidad inicua, que obliga a los más pobres a financiar el presupuesto oficial, se agrava al garantizarles estabilidad jurídica para sus contratos con el Estado, concederles subsidios y eximir de cargas tributarias a los grandes capitales, cada vez más depredadores, poderosos y monopolistas.

O sea, cada vez más alejados de la libre competencia y la libertad de empresa, que serían las grandes conquistas y promesas del capitalismo para la Humanidad sufrida y doliente durante la aterradora Historia.

Se trata de la ilusión frustrada de quienes, llenos de sueños, emigraron (y todavía hay quienes lo siguen haciendo) a la tierra de la libertad y de las oportunidades de progreso e igualdad, la impostora USA, tan absolutamente desigual e injusta con las mayorías desde que la masonería resovió constituirla en su gran “obra” declarando la independencia.

Esto explica que, mientras los grandes potentados son mimados al extremo por el gobierno y la privada FED, las mayoría se vean despojadas de sus hogares y hasta del derecho a estudiar o a recibir atención sanitaria adecuada por cuenta del Estado; lo que equivale a decir, por cuenta de los ingresos aportados por la sociedad que tributa para paliar las diferencias de clase pero cuyos impuestos terminan subsidiando a los CEOs de las grandes compañías y a los demás altos ejecutivos que, gozando de total impunidad personal, las han llevado a la ruina.

Con semejantes injusticias sociales pretenden que los pueblos permanezcan sumidos en la ignorancia y la superstición, para que los potentados puedan seguir aumentando sus fortunas, en una carrera loca que amenaza con extinguirnos.

La justificación para tamaña iniquidad no podemos olvidarla, y estamos obligados a repetirla si aspiramos a entender verdaderamente la realidad que nos agobia, obedece a los exabruptos megalómanos y plutocráticos de la sionista atea Ayn Rand.

Se trata de la madre del Neoliberalismo, cuyo carácter de delirio sionista es tan innegable como las sandeces sostenidas a título de geniales descubrimientos económicos que los gobiernos admiten sin protestar, con miedo reverencial, porque la sicópata inspiradora de sicópatas megalómanos, consideró y postuló que los únicos seres imprescindibles en la sociedad son quienes tienen la posibilidad de ofrecerles empleos a los demás al disponer de la capacidad de inversión suficiente.

Sin duda, es otro sofisma económico de la violadora de los principios más básicos y universales de la economía política desarrollada por los “economistas clásicos”, que, previaente, fueron lesionados por los “economistas vulgares” con teorías como el marginalismo o el monetarismo. Los últimos creyeron que metiéndoles matemáticas a sus absurdas teorías convertían en ciencia sus exabruptos o, al menos, alejaban la disciplina económica de las masas ignaras que dejarían en manos de los expertos su manejo.

Acudiendo a tales absurdos teóricos, realmente de tenor político, sesgado e interesado, la ofensiva ideológica contra los aportes de Adam Smith, David Ricardo y Carlos Marx, adelantada literaria e implícitamente por Ayn Rand en su novela “La rebelión de Atlas” y en numerosas entrevistas y conferencias posteriores, permitió que los aportes sensatos de aquellos sabios reconocidos fuesen negados absolutamente por los “economistas degenerados” de la Escuela de Chicago. Quizás la econometría sea su gran aporte a los galimatías con que los economistas engañan a las masas para que los potentados puedan seguir apropiándose de la mayor parte de las riquezas producidas por el esfuerzo humano.

El Neoliberalismo o Capitalismo Salvaje -como se conocen estas bestialidades de tan amplio recibo y aplicación por toda clase de gobiernos en el Mundo entero-, se guía por los delirios de la sionista cuyos exabruptos, replicados por el espurio Nobel de Economía, Milton Friedman, ahora campean como gran sabiduría que orienta las decisiones de los gobernantes en todos los escenarios posibles, incluyendo los llamados países comunistas.

Desde luego, la academia los considera dogmas admirables que hay que inculcarles a los economistas en formación, a ver si, tan bien dotados y alejados de esas teorías de los grandes y lúcidos maestros, pueden llegar a ministros de hacienda de algún gobierno cipayo.

Desgraciadamente, esas bestialidades tienen aplicación universal en el actual período consumista, que predestina el Fin del Mundo si no corregimos el rumbo a la mayor brevedad para impedir que los vendepatrias sigan definiendo el destino de los pueblos acatando las directrices de los potentados; en particular las de los sionistas comprometidos con Yahvé en su genocida Juicio Final.

Con semejantes postulados histéricos tan deleznables y absurdos -que se hacen pasar como gran sabiduría, engañando y corrompiendo a la juventud que aspira a aprender verdadera economía-, los sionistas y sus aliados dueños de las corporaciones están destruyendo los recursos que podrían sustentar a la especie humana y a muchas más durante siglos. Y a los humanos esclavizados por el consumismo los tienen confundidos, embrutecidos, despojados, sumidos en o amenazados con la miseria y las pestes inminentes, tanto como al borde del cataclismo bélico universal.

No hay dudas de que dichos recursos han sustentado a las sociedades ancestrales, respetuosas del medio ambiente, porque han sabido desarrollar una producción realmente sustentable en vez de dedicarse a destrozar lo que no consumen, de una vez y sin ninguna necesidad, como lo predica, inculca subliminalmente y hace el consumismo irracional dedicado a convertir el Mundo en un basurero.

A propósito, conviene recalcarlo, en Colombia la petrolera Pacific Rubiales, que está destruyendo parte de los Llanos Orientales, se ha dedicado a contrarrestar la mala prensa acudiendo al dogma de que percibido es más real que real, de modo que, a punta de publicidad engañosa, nos quiere convencer de que su labor depredadora es una bendición para la patria, que debemos agradecerle con devoción, admiración y respeto.

Por desgracia, así procede el capitalismo. Por eso, en escasos 200 años de existencia tiene el Mundo al borde del colapso definitivo. Éste es cada vez más difícil de evitar por quien se interese en que no ocurra porque duda de que el consumismo sea algo conveniente que merezca defenderse y promoverse como indicativo de progreso y, mucho menos, como garantía de supervivencia de la especie.

Para los pueblos ancestrales -que la ofensiva capitalista y burguesa en general no ha podido exterminar ni achicopalar ni, mucho menos, descalificar como realmente capaces de garantizar la supervivencia, indefinida pero ciertamente prolongada, de la Humanidad guiada por el respeto a la Naturaleza-, la esperanza es que las mayorías compartan su respeto a Pachamama antes de que, definitivamente, alcancemos el punto de no retorno, que está tan cercano y que el sionismo considera su misión divina apurar.

8/10.- Esas nefastas directrices neoliberales son propaladas e impuestas a sus lacayos que gobiernan los países, por los miembros del Club Bilderberg -como el rey Juan Carlos de Borbón y otras pestes similares: Bill Gates, Ted Turner, los Morgan, los Bush, los Rockefeller y los supremos Rothschild-, y agenciadas por sus satélites, como los clubes de Estambul, Roma y Madrid, o el del Búho en USA, o Fedesarrollo o la Universidad de los Andes en Colombia, que posan de Think Tanks.

Pero para la supervivencia digna de todos los miembros de la especie cuyos dirigentes son enemigos de la Vida, la imposición de las recetas neoliberales es insoportable y absolutamente contraproducente. Tal es el caso con la privatización de la prestación de los servicios de salud y demás conquistas sociales, que la teoría clásica consideraba prerrogativas del Estado.

La intención de los sensatos intelectuales en los albores del capitalismo era impedir la creciente desigualdad social que conlleva la privatización de lo que, por su naturaleza, tienen que ser -en vez de empresas privadas que convierten todos los productos y servicios en mercancías, y se esmeran por elevar al máximo sus utilidades- monopolios públicos al servicio del ciudadano, ya sea en manos del Estado o de la sociedad democráticamente organizada pero, jamás, en las de particulares, y, mucho menos, en las de extranjeros.

Son evidentes los privilegios que significa, para quienes lo logren, comercializar asuntos que, igual que los monopolios rentísticos del tabaco y el alcohol, tienen una clientela cautiva porque nadie se puede privar de consumirlos si espera prolongar su propia vida o satisfacer sus obsesiones adictivas.

Evidentemente, si los prestan particulares interesados en maximizar sus utilidades, estarán disfrutando de privilegios ajenos a los de los demás empresarios que se arriesgan con productos nuevos ofrecidos en un mercado de libre competencia que no tiene su clientela asegurada.

Además, los particulares jamás podrán ofrecer la calidad requerida para la protección cierta de la salud y el bienestar de todos los habitantes, sin discriminaciones, pues al empresario privado le interesa ahorrar costos para maximizar su utilidad, de modo que atender adecuadamente a sus clientes estará condicionado en detrimento de éstos.

Es algo particularmente obvio y perjudicial para la sociedad en el caso de la educación, cuando los jóvenes son excluidos del sistema educativo o sometidos a su formación y entrenamiento por empresas particulares de pésima calidad y altos costos, que les roban su oportunidad de aprender, aportar y progresar.

Al respecto, en USA los condenan a amortizar durante todas su vida los préstamos con que hayan logrado financiar sus estudios, en el caso de haberlos obtenido. Incidentalmente, las instituciones académicas de calidad, que las hay, así como los excelentes centros de salud que protegen la de los potentados, jamás estarán al alcance de las mayorías, al menos mientras éstas no logren desempoderar a quienes las despojan de la riqueza y el poder.

Desde luego, la mayor víctima de tales políticas absurdas y elitistas, es la Humanidad que se ve privada de los eventuales aportes de sus miembros, injustamente sometidos a una sociedad que los desprecia, sumiéndolos en la ignorancia y destinándolos a los mataderos de la guerra y la delincuencia.

Así ocurre porque los ciudadanos están alienados o demasiado subyugados y atemorizados, y los gobernantes son lacayos mediocres que se limitan a aplicar lo que les indican sus amos, además de que carecen de criterio para juzgar qué puede ser lo mejor para todos. Lo que realmente les interesa es su propio bienestar, de modo que usan su período de gobierno para proporcionárselo.

A su juicio de siervos mediocres e inescrupulosos, lo importante es aprovechar su cuarto de hora en el ejercicio del poder para enriquecerse y hacer amigos entre los amos del Mundo, a quienes les ceden la explotación de las riquezas naturales que nadie tiene derecho a apropiarse.

9/10.- La deficiente prestación de los servicios de salud y educación, tanto como la pésima calidad y el alto precio de otros que al Estado Social de Derecho le corresponde atender -ya sea porque son fundamentales o son estratégicos, como el agua potable, las telecomunicaciones y las energías eléctrica, luminosa y calórica-, también hacen parte de esos desastres que el Neoliberalismo propala sin que casi nadie se atreva a refutarlo y rechazarlo como la condena irracional, delirante y anticientífica que es.

Semejante falta de críticas es particularmente lamentable en el caso de los académicos mediocres y venales, o tímidos y cobardes, que, presuntamente, tendrían la formación intelectual necesaria para adelantarlas con erudición y propiedad.

La hegemonía neoliberal es tan universal y arrasadora que hasta Cuba ha resultado aliada de Repsol para destruir su litoral. Ojalá las actitudes soberanas de Argentina y Bolivia les sirva a los gobernantes cubanos para reflexionar antes de que los daños sean irreversibles y el prestigio de la revolución pierda cualquier brillo entre los demócratas del Mundo.

Y ojalá Argentina, Bolivia y los demás países vean, entiendan y respondan al despertar de sus pueblos, para que el ejercicio soberano pueda ser pleno y no un mero cálculo de intereses de los gobernantes de turno.

Pero eso lo resuelve el pueblo en vez de quienes se han especializado en subyugarlo. O sea, es asunto tuyo, de él y mío, si queremos involucrarnos. Cada uno lo decide consultando su conciencia. En eso consiste la libertad.

Pero si seguimos esperando salvadores, aunque sea el perverso Anticristo, los potentados sionistas se saldrán con la suya mientras los crédulos apocalípticos se dan golpes de pecho y oran para que su divinidad los salve.

No se les ocurre que bastaría con que dejaran de hacerles el juego a los impostores que fanatizan a los pueblos haciéndoles creer que hablan en nombre del dios verdadero, y que la voluntad de éste es efectuar a la mayor brevedad el Juicio Final anhelado por el sionismo arrogante y judeocentrista desde los sueños de Abraham, el marido y proxeneta de la bella Sarai.

El asunto es humano, demasiado humano, para parafrasear a Nietzsche, un judío inteligente, como cada vez queda más claro al considerar la ofensiva deliberada contra la biosfera y contra la estabilidad económica de los ciudadanos normalitos y dóciles.

Por tanto, si somos dignos está en nuestras manos resolverlo. ¡Así de sencillo!

10/10.- ANEXOS


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