miércoles, 30 de mayo de 2012

Sicilia

Sicilia y sus batallas están bien, pero debe ampliar sus demandas, para que no parezcan simples quejas y lamentos.

Autor: Pedro Echeverría
Enviado por: Pedro Echeverría

1. El Movimiento por la Paz con Justicia y Dignidad ha cumplido con un importante papel de protesta y de lucha contra el gobierno de Felipe Calderón, particularmente por ser éste el responsable de más de 60 mil muertos o asesinados durante sus seis años de gobierno. Pero ese movimiento ha calado más hondo porque al representar a varios cientos de padres, madres y familiares de las víctimas demuestra que no es un movimiento burocrático, de discurso o deshonesto, sino que está muy ligado a la realidad. La caminata ciudad de Cuernavaca-ciudad de México y las caravanas en autobús DF-Ciudad Juárez y luego DF-Frontera de Guatemala, me enseñaron la trascendencia de la lucha del MPJD, sobre todo la conciencia de las 500 personas, aproximadamente, que nos acompañamos en cada evento. En cada pueblo y ciudad los familiares de las víctimas manifestaron profundamente sus sentimientos y, por ello, recibimos siempre de la audiencia una gran solidaridad.


2. Durante esas tres actividades, que sumaron en total poco más de 25 días, me pareció que el 90 por ciento de los discursos giraron en torno a las muertes, los asesinatos y la petición de castigo a los culpables. Los cientos y cientos reunidos en cada mitin escuchaba con mucha atención y respeto al orador, pero esperaba más; quizá oír con más claridad y más elementos el origen socio-económico de esas muertes. Los asistentes aplaudieron mucho la exigencia de “investigación y castigo a los culpables” pero no lograron ver que esas matanzas son producto del mismo sistema de explotación capitalista y que solamente se acabarían cuando destruyamos las bases que las hacen posible. Es decir, no las comprometimos a luchar por una sociedad que ellos mismos controlen; las dejamos con la esperanza de saber que otros (los de la caravana) luchaban en su nombre. La realidad es que me preocupa porque el gobierno de Felipe Calderón nos sigue jugando el dedo en la boca.

3. En cuanto a las otras reuniones, ejercicios o acciones del MPJD, relacionadas con conversaciones en Chapultepec y otros lugares, con partidos, legisladores, gobernantes, candidatos, la realidad es que me han interesado muy poco. Me han parecido acciones para los medios de información, la TV en particular; reuniones de exhibicionismo que sirven realmente poco porque cualquier promesa o compromiso de los políticos han resultado totalmente “resbalables”, es decir, cualquier político se las quita con solo sacudirse un poco. Obvio, si se aprovechara la amplia tribuna de los medios de información para exponer problemas económicos como el gran desempleo, los salarios de hambre, la gigantesca migración, así como políticos de fondo como las muertes y asesinatos, la inseguridad y la corrupción, se acabarían estas reuniones que al parecer sólo sirven de entretenimiento. Pareciera que la clase en el poder ha aceptado estas reuniones porque no pasa nada importante.

4. Y no es que Javier Sicilia deba adoptar una larga lista de demandas abarcando todos los temas; sin embargo se requiere que en los discursos en que se exige el castigo de los culpables de las decenas de miles de muertes y asesinatos deban fundamentarse en la situación económica y política que vive el país. La población necesita conocer cuáles son las causas del narcotráfico, la inseguridad, el desempleo, la emigración, la dependencia de los EEUU, la corrupción; tienen que saber que las muertes y asesinatos corresponden a un sistema social que las hace posibles. Sobre todo una cosa muy importante: que no es un problema esencial de personas o individuos que “jalaron el gatillo” sino de un sistema social totalmente injusto contra el cual se debe luchar. ¿Cómo organizar a nuestro pueblo para defenderse contra personas en concreto, de “los asesinos y la delincuencia”, cuando este es un problema social, colectivo?

5. En México, pero también en muchos países del mundo, la población ha sido víctima de muchas trampas al silenciarles o esconderles los verdaderos motivos de las luchas, las revueltas y hasta de las revoluciones. Los caudillos y los jefes políticos han preferido mover a la población con demandas populosas, espectaculares, grandilocuentes, “fáciles de entender”, con el fin de silenciarles los verdaderos objetivos de las luchas que muchas veces son inconfesables. No puede una persona honesta situarse en la neutralidad en una sociedad donde una clase social hace y deshace de acuerdo a sus criterios e intereses particulares. No puede silenciarse, por ningún motivo, la denuncia contra las mentiras y manipuleo de Televisa, TV Azteca, Radio Fórmula; así como no puede dejar de denunciarse nuestros 60 mil muertos, tampoco puede silenciarse el desempleo, los salarios de hambre, la privatización. ¿O puede simplemente pedirse que los medios digan la verdad’ ¿Verdad de quién?

6. Los jóvenes de educación superior que hoy están en lucha han visto con gran nitidez cuál es el problema principal: la terrible desinformación de la que es víctima el pueblo mexicano. Y ha gritado a los cuatro vientos que los culpables son Televisa, TV Azteca y otros medios. Siguen reuniéndose para realizar nuevas acciones de masas pero no se han dado cuenta que –aunque en las próximas tres semanas calmen o silencien su descarada intervención- si no les amarran las manos a esos medios entre un mes mantendrán conductas peores. Me gustaría que los jóvenes sean radicales y que no se conviertan en un simple freno o entretenimiento para evitar otros levantamientos antes de las elecciones. ¿Serán capaces de hacerse cargo de los micrófonos de Televisa, TV Azteca y otros para evitar la intensa propaganda de esos medios informativos están realizando para inclinar la elección a favor del candidato del PRI, Peña Nieto? Si no hacen nada notable los estudiantes puede ser un simple entretenimiento.

7. La lucha contra el sistema de explotación capitalista como causante de todos los problemas y males importantes, no comienza ni termina sancionando o castigando a los culpables de asesinatos, a pesar del profundo dolor que representan estas muertes para los familiares. Como otros muchos problemas puede ser una estrategia política para agrupar y organizar a un sector de la población agraviada; pero la lucha de masas tiene que tener toda la claridad posible para poder avanzar y consolidar sus batallas. Vicente Fox, Carlos Salinas, Felipe Calderón, muchos más priístas y panistas, ya deberían estar en la cárcel; no por asesinar a uno o dos o por robarse un dinero, sino porque han saqueado personalmente el país, han impuesto políticas públicas que han hecho más miserable a la nación y han vendido a los EEUU a miles de empresas que deberían controlarse en México. Por eso la lucha de Sicilia y el M PJD es extremadamente limitada, por eso la burguesía le ha abierto canales de expresión.


pedroe@cablered.net.mx

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