viernes, 8 de junio de 2012

Moneda, política y gobierno únicos

Autor: Darío Botero Pérez
Enviado por: Darío Botero Pérez

Índice de contenido
1/6 Paradigma caduco
2/6 Nuevo paradigma
3/6 Deformaciones teóricas
4/6 Revoluciones fallidas
5/6 Patadas de ahogados
6/6 Anexos

Ningún proceso o interés económico, bajo ninguna circunstancia, puede estar por encima o sobre la reverencia por la vida”. Manfred Max-Neef

1/6 Paradigma caduco

La deuda europea es una manifestación indiscutible de la crisis sistémica del consumismo jerárquico e irracional. Prolonga y profundiza el derrumbe del absurdo sistema dedicado a destruir la biosfera a un ritmo exponencial que en poco tiempo es capaz de acabar con todo. En cuanto a los humanos, al menos un 95% está condenado a morir antes de tiempo, como lo han estipulado en las piedras de Georgia, USA.

Su agonía es manifiesta desde fines del s. XX. Los sicópatas han tratado de superarla impulsando la guerra de civilizaciones que el idiota Bush y sus monstruosos asesores creyeron que sería inevitable si lograban endosarles los auto atentados del 11-S a los musulmanes.

Crecientemente, la Humanidad entiende más la perversidad de los enemigos comunes, que posan de redentores económicos cuando sólo saben despojar. Al efecto, dispone de más pruebas y recursos para condenarlos. Y ellos lo saben.


De ahí el desespero de Benjamin Netanyahu por provocar al asesino teocrático Mahmud Ahmadineyad, quien no ve la hora de acudir a las armas, pues todos posan de herederos de Abraham y su anhelado Juicio Final, de modo que no dejan de desarrollar armas de destrucción masiva. Y si la Humanidad no se los impide, las usarán.

Tan detestable futuro obedece a la política neoliberal que promueve abiertamente la presente irresponsabilidad de los banqueros y demás potentados. Sin ningún reato se han pasado por la faja todas las precauciones del capitalismo clásico dirigidas a evitar la impresionante concentración de la riqueza en manos del 1% de la población que, mediante tal expediente, no titubea para condenarnos a la miseria, como acaban de hacer en España con numerosas conquistas sociales.

Los grandes plutócratas que concentran en sus manos la economía financiera -vale decir, la sangre de las sociedades mercantiles-, aprovechan la vileza de los politiqueros que les sirven como lacayos irrestrictos, pues son sus cómplices incondicionales y baratos en los negociados que agotan el erario y destruyen el medio ambiente, buscando privatizar los países en beneficio del sionismo milenarista.

Es más, según Manfred Max-Neef, “En cuanto al discurso neoliberal he manifestado reiteradamente que la única manera de comprenderlo es si se lo analiza como discurso religioso. En primer lugar, y ese mérito hay que reconocerselo, ha logrado en tres décadas lo que el Cristianismo y el Islam no han conseguido en dos mil años: conquistar el mundo entero... ¿Cómo enfrentarse a ello? La historia enseña que la única manera de enfrentar un credo que nos parezca pernicioso, es la herejía. Hoy es urgente atreverse a ser hereje.”

Sin duda, las advertencias del economista chileno merecen tenerse en cuenta para alimentar las esperanzas de que es posible una sociedad justa, que se despoje de las visiones apocalípticas fundadas en mitos religiosos que no podemos tolerar, no por perseguir ideas religiosas sino por defender la Vida cuando tales ideas sostienen su derecho a exterminarla. (Ver anexo “Manfred Max-Neef: ES POSIBLE OTRA ECONOMIA QUE NO SEA NEOLIBERAL”)

La necesidad de justificar legítimamente el despojo de las mayorías, en particular de quienes producen la riqueza, explica el exotismo de las estupideces con que los economistas ocultan el papel alienador de sus teorías, más interesadas en ocultar que en explicar, deliberadamente confusas y preferentemente matematizadas para alejar a los ciudadanos comunes y corrientes de sus supuestos arcanos. No obstante, no son pocos los economistas que también son analfabetas matemáticos, aunque lo oculten.

En ese sentido, las teorías económicas generalmente riñen con la ciencia y se convierten en ideologías orientadas a justificar la apropiación de la riqueza por minorías, mientras a las víctimas tratan de hacerles creer que, tras sus sacrificios, algún día saldrán de pobres, aunque no se establece cómo ni por qué, pues las políticas aplicadas buscan agravar la situación hasta que sea irreversible... Y es para ya.

Aplicando las absurdas recetas de la doctrina que posa de sabiduría económica incontrastable, sumen a los ciudadanos en condiciones de vida miserables, absolutamente intolerables cuando la ciencia y la técnica han avanzado tanto, hasta el punto de que permiten resolver definitivamente el problema económico, que no es otro que el de la escasez.

Tal es la razón profunda para que la economía constituya un problema y un campo de batalla. De haber abundancia, la posesión no tendría por qué constituir un motivo de conflicto. Ni los tarados adinerados se considerarían superiores y con derecho a humillar a quienes no lo son.

La escasez -que ha sido constante en la Historia pero que el actual nivel de desarrollo de las fuerzas productivas permite superar definitivamente en lo referente a productos industriales-, ha obligado a disputarse lo poco disponible.

Objetivamente, la escasez ha dado lugar a la violencia que ha imperado en las sociedades dominantes en la Historia, pues los asuntos sociales no pueden explicarse solamente como sicopatías, pese a que los sicópatas desalmados, precisamente por ser tan desalmados son quienes han dominado en el nefasto período antropológico que fenece.

Afortunadamente, para orgullo de los dignos y esperanza para la especie, la Vida y la biosfera, las mayorías mansas no suelen competir por el poder ni le conceden tanta importancia a la riqueza material, aunque son celosas de sus personales valores humanistas que las habilitan para la solidaridad y la convivencia en medio de la vigencia de la más estricta ética.

Habiendo abundancia, no hay razón para agredir o engañar a otro buscando quitarle lo que le corresponde. Es más; cada uno puede disponer de cuánto quiera.

Esta es la asombrosa oferta de la automatización. El gran error es considerar que se puede extender a todas las actividades productivas.

Los desastres ambientales y las amenazas a la seguridad alimentaria de los pueblos, demuestran que no es así.

O sea, no todo puede someterse a cadenas de producción y economías de escala, aunque los capitalistas cerreros se empeñan en hacerlo, causando daños al ambiente que son irreparables y que no podemos permitir que continúen.

Tal es el caso con la gran minería, o con la depredación de selvas, o con la destrucción de acuíferos, o con la siembra de agro combustibles, o con las plantaciones extensas de alimentos sometidos a un envenenamiento constante para que los frutos salgan bien bonitos y los consumidores los adquieran sin protestar y con ganas.

Poco importa que les produzcan tantos cánceres a los ingenuos que -a cambio de pesticidas, fungicidas e insecticidas incorporados a los frutos en plantaciones inmensas, generalmente mecanizadas y asesinas de la diversidad- se ven privados de las proteínas naturales aportadas por los “parásitos” microscópicos, pues estos caen víctimas de los venenos de la Bayer desde hace ya demasiados años. Inclusive, muchas especies han sido extinguidas sin que haya dolientes que las echen de menos.

En estas condiciones, dada la existencia preponderante de sociedades jerárquicas que suplantan al ciudadano para oprimirlo y esquilmarlo a punta de autocracia, las mayorías no disfrutan esas conquistas de la inteligencia humana, que no son exclusivas del capitalismo, como lo demuestra, para poner un ejemplo entre millones, la rica farmacopea indígena que se roban las multinacionales farmacéuticas.

2/6 Nuevo paradigma

Sin duda -como lo estableció el científico social judío alemán Carlos Marx para explicar los cambios en los modos de producción que marcan objetivamente el progreso de la Humanidad, que es ajeno a las ideologías aunque todas dicen entenderlo y fomentarlo- el desarrollo de las fuerzas productivas ha desbordado las relaciones sociales capitalistas que les permitieron llegar a su actual nivel de sofisticación, tan inverosímil que es capaz de librar a la Humanidad de la esclavitud del trabajo, siendo ésta una maldición divina, como prefiere considerar la Biblia al trabajo, que está prohibido los sábados para el “pueblo elegido”.

Pero quienes saldarán cuentas con esas “relaciones sociales de producción”, como las llamó Marx, no serán los caducos beneficiarios de las sociedades de clase, piramidales, excluyentes y discriminatorias, totalmente ajenas al ideal de igualdad con que la burguesía atrajo el apoyo de la canalla para hacer la Revolución Francesa. Tras más de 200 años de engaños, aun son hábiles para sostener que siguen siendo los aptos para traernos el desarrollo... que nunca llega para las mayorías.

En consecuencia, será esa canalla mayoritaria -que los indignados en USA han calificado acertadamente y sin prejuicios clasistas como el 99% de la población-, la encargada de dar al traste con las aterradoras sociedades piramidales que están agonizando junto a la Historia que las vio nacer y las mantuvo como dominantes durante unos 10.000 años.

Lo lograron a pesar del malestar que les causan a los mansos, siempre condenados a la esclavitud por los arrogantes sicópatas que dan la vida por adquirir riqueza y poder, considerados los valores sublimes por tales lastres, auténticos cánceres para la biosfera.

Con tales propósitos invaden, saquean, esclavizan, utilizan, corrompen, asesinan, destrozan… Así lo han hecho hasta traernos al punto de la extinción, que se afanan por apurar, a la vista de todos porque ya su juego perverso es de conocimiento público.

En otras palabras, el desafío que nos plantean los potentados es indudable y definitivo.

Y la única respuesta capaz de superarlo de forma provechosa para las mayorías, es ajena a la institucionalidad burguesa con sus tres poderes clásicos (legislativo, ejecutivo y judicial), de la cual también harían parte la prensa y los partidos políticos.

Mientras la prensa ha ido democratizándose como resultado de las tecnologías de la información y la telemática, lo cual permite el contacto directo entre los ciudadanos y le quita poder de manipulación a los potentados que suelen monopolizar los mass media; también están en decadencia los partidos que promueven los politiqueros de todas las ideologías.

De hecho, los tradicionales prensa y partidos políticos son talanqueras que frenan, canalizan y adocenan la acción directa y sensata de las multitudes conscientes, libres e independientes, que los politiqueros se esmeran en suplantar porque las desprecian y subestiman.

Los impostores universales actúan de tal manera porque siguen creyendo que la política es una profesión y que las masas son incapaces de ejercerla con idoneidad. ¡Y tienen razón!

Lo que pasa es que cada vez hay menos masas estúpidas o mensas al servicio de demagogos cautivantes, como Hitler, Mussolini o su caricatura histórica, una auténtica caricatura de caricaturas, Álvaro Uribe Vélez, en Colombia.

Ahora, la revolución es un asunto de los ciudadanos autónomos, conscientes y maduros, en su condición de individuos gregarios que tienen que definir las reglas de convivencia colectiva más convenientes, estables y universales, para asegurar la maximización del bienestar de cada uno, sin ninguna discriminación.

Pero dicha maximización depende del gusto y la vocación individuales. Es un asunto personal, que cada uno satisface a su manera desde que disponga de los medios para hacerlo, suministrados por la sociedad.

Como no se trata de una mera ilusión de soñadores, es evidente que las presentes generaciones cuentan con el poder objetivo que les brinda la inmensa capacidad productiva, predictiva y “sanativa” de la avasallante e irrefrenable sociedad del conocimiento. En vez de masas mensas, las mayorías cada vez son más multitudes conscientes y pacíficas, mansas pero lúcidas y capaces, de modo que no es tan fácil engañarlas.

La sociedad del conocimiento -que se expande sin que los potentados puedan evitarlo, aunque insisten en privatizar las cárceles del conocimiento, que son las instituciones educativas, para que sólo los lacayos incondicionales logren formarse profesionalmente y merecer ejercer las posiciones de poder-, precede y anuncia la indispensable e inevitable revolución social que pondrá a la Humanidad a tono con sus conquistas y detendrá los vejámenes contra la Vida y Pachamama en que están absolutamente comprometidos los decrépitos potentados, cuya hora ya pasó de modo que demandan sepultura antes de que nos infecten, como sucede a medida que los cadáveres insepultos se descomponen.

Sin embargo, estos enemigos comunes insisten en perpetuar sus horribles sociedades, defendiendo y profundizando las aterradoras herramientas de opresión que se ingeniaron para darles categoría a sus crímenes contra la Humanidad y la Vida.

Pretenden atenuarlos acudiendo a la caridad, la ley, los tribunales venales, y a toda una serie de convenciones (como la “propiedad intelectual” que despoja a los autores) que justifican sus crímenes, según la lógica exorbitante de los privilegiados. Ahora están resueltos a apropiarse las riquezas de las naciones mediante los tratados de libre comercio y demás instrumentos detestables, arrasadores y despojadores, que los sátrapas se apuran en adoptar, legalizando el despojo y condenando a los pueblos.

3/6 Deformaciones teóricas

Al respecto, la superación de la crisis económica, social e histórica por la que está pasando la Humanidad, será el preludio para resurgir en una sociedad plana de carácter global pero respetuoso de las diferencias.

En ella, el individuo desclasado, el humano natural, el ejemplar único de la especie que es cada uno de nosotros, alcanzará su realización inmediata y cotidiana en el entorno más local y familiar posible para cada ciudadano y cada cultura, lo cual no impedirá que quien lo desee, cuando lo desee, recorra mundo a su gusto y sin restricciones.

De ahí que el marxismo de capilla no tenga nada que aportar en la superación de la Historia ni en la construcción de la Sociedad Democrática Global que la sustituirá.

Como se basa en dogmas y es ajeno al método dialéctico, supone que las afirmaciones de Marx y sus seguidores son sagradas.

Por eso se niega a hacer el análisis concreto de la situación concreta, de modo que insiste en su fervor religioso hacia el proletariado, atribuyéndole valores que perdió hace años, desde que los robots han demostrado que su existencia no tiene la importancia estratégica que tuvo en el s. XIX, cuando el lúcido y sensible Marx le asignó objetivamente, tras un riguroso análisis de la realidad social de su época, el papel de clase revolucionaria por excelencia en el combate contra el capitalismo depredador.

La razón para tal designación es que la creación de la riqueza, cuando la energía eléctrica aún no presidía la producción ni existían los robots, dependía del trabajador directo y no de las especulaciones y los caprichos y la degeneración de los potentados que la delirante Ayn Rand considera tan imprescindibles.

En acción política, para los revolucionarios el personaje sagrado es Lenin, de modo que siguen aplicando sus estrategias, ahora francamente anacrónicas. Pero su fe les impide entenderlo, pues toda fe es una pasión, como lo son la ira o el amor, y toda pasión enceguece, según lo saben los manipuladores de prójimo.

Por eso, la “marca país” de mi país, forjada por la dictadura mafiosa-neoliberal, es “Colombia es pasión”.

Incidentalmente, la noción de “marca país” es otra imposición del ambicioso y letal Neoliberalismo que pretende entregarles a los potentados la soberanía de los países junto al destino de la Humanidad, la Vida y la biosfera.

En consecuencia, los politiqueros, que carecen de nociones de soberanía y dignidad personal, se esmeran en que su “marca país” atraiga inversores, pues así pueden obtener las miserables comisiones con que coronan sus traiciones de vendepatrias.

4/6 Revoluciones fallidas

A pesar de las aterradoras dictaduras genocidas a que dio lugar el llamado “comunismo” en el s. XX, la “izquierda revolucionaria” (marxista, leninista, estalinista, maoísta o como se apellide) sigue promoviendo revoluciones dirigidas por “intelectuales orgánicos” suficientemente preparados para catequizar, dirigir y gobernar a las masas obreras, generalmente poco cultas o ilustradas, o deficientemente preparadas, lo que las hace fáciles de manipular y fanatizar.

Desde luego, por ahí no es la cosa.

Alguna vez lo fue, pero hace rato dejó de serlo, como corresponde a todo fenómeno sometido a la dialéctica, que se caracteriza por el cambio objetivo y no por la persistencia crédula en sostener que lo que fue sigue siendo, aunque una observación relativamente somera permita afirmar que ya no es.

5/6 Patadas de ahogados

En cuanto a la inusitada grandeza adquirida por los banqueros en la actualidad, cuando el sistema agoniza, es resultado de la “desregulación” impuesta por el Neoliberalismo a todos los países consumistas integrados al mercado capitalista-socialista-comunista, altamente depredador y contaminante, además de letal para la Vida, incluida la de los humanos engañados para dividirlos y enfrentarlos mientras los potentados se encargan de acabar con todo.

La inconsistencia de las fórmulas que Ángela Merkel ofrece a las víctimas europeas, es patética, reconocida por ella misma y absolutamente perjudicial para los ciudadanos indefensos que terminan perdiendo sus conquistas sociales por las maniobras de los banqueros, de quienes la extraña señora es un muñeco de ventrílocuo, absolutamente incondicional e inepta.

Su insistencia en buscar la quiebra de los estados independientes con la consecuente adquisición de sus activos estratégicos por particulares, es la constante de sus imposiciones a los que han caído en sus garras, como Portugal, Irlanda y Grecia.

Y tiene en la mira a la incauta España, tan ilusa respecto a la honradez y la lealtad de sus políticos, sus gobernantes y su rey fratricida, pese a que la podredumbre es general, lo cual confirma la caducidad de sus instituciones.

Las siguientes víctimas serán Italia y Francia, en caso de que España exija ser rescatada por el BCE. Esto es lo que le ha aconsejado varias veces a Mariano Rajoy la perversa e inepta teutona para ofrecerles la provincia a los potentados en bandeja de plata y a precio de ganga.

Con sus desatinos y persistencia, la inefable señora comprueba que es una ficha del sionismo y la masonería interesados en fortalecer el Nuevo Orden Mundial. (Ver anexo “CIVES Nuevo orden mundial en libros de texto”. En él se plantean explicaciones polémicas que comprometen el presente y el futuro comunes, de modo que conviene que los ciudadanos las conozcan y discutan, pues una sociedad mundial parece inevitable, pero sus características deben ser definidas por todos y no sólo por los potentados decrépitos)

El siguiente paso, en caso de que el Neoliberalismo siga al mando, será constituir un Estado supranacional y fantasma, dirigido por funcionarios del Club Bilderberg y los amos Rothschild, pero con perfil de tecnócratas, como cualquier Mario Monti en Italia.

Tal jugada permitirá desplazar a los politiqueros ignorantes del gobierno de los Estados, pues su ineptitud es manifiesta y reconocida por ellos mismos, que se declaran incapaces de opinar sobre las recetas neoliberales y de identificar sus nefastas consecuencias.

Como una de las medidas hegemónicas más mortíferas para la economía real y la soberanía de las naciones, se fortalecería la moneda única, que predican derechas e izquierdas sin reatos de conciencia a pesar del poder artificial que les otorga a los sionistas banqueros. Mediante ella, la dirección de la economía real quedará subordinada a las especulaciones de los banqueros ladrones, y no habrá poder capaz de oponérseles, pues ni siquiera dan la cara.

Esta tergiversación de la realidad les otorga máximo poder a los usureros, siempre tan despreciables. Por eso, el Neoliberalismo valora más las bolsas de valores que las industrias y las explotaciones agropecuarias.

Considera las riquezas naturales como medios de enriquecimiento que pueden obtener las corporaciones monopolistas internacionales a cambio de las divisas basura que emiten Ben Bernanke en la FED y Mario Draghi en el BCE, al ritmo que les marquen los Rothschild.

Desde luego, tales despropósitos cotidianos van contra los intereses de los consumidores y los productores, de modo que son absolutamente intolerables y tenemos que derrotarlos acudiendo a la lógica, la razón y la dignidad que nos asisten a los humanos ajenos a los sicópatas.

Por tanto, estamos obligados a definir e implantar una sociedad sensata, plana, sana y justa, que nos respete a todos y cada uno y no se vea obligada a justificar, con teorías delirantes e impotables, los despojos y abusos a los que son sometidas las mayorías por los privilegiados que las gobiernan y subyugan en las sociedades jerárquicas o piramidales que han sido las dominantes durante la agónica Historia.

De hecho, con la moneda única y el endeudamiento público y el privado que los gobiernos ponen a que paguen los ciudadanos del común ajenos a sus estafas, los Estados pierden la soberanía a manos de los banqueros, en particular de los que manejan abiertamente los intereses imperiales de los potentados, como el FMI y el BCE. En consecuencia, la condena de las mayorías deviene eterna e irremediable.

En estas circunstancias, las exigencias demenciales de la Merkel, que Christine Lagarde apoya e impulsa desde el FMI, pretenden sumir a los ciudadanos en la esclavitud que les ha decretado la masonería y que ésta le ha encargado realizar al sionismo, desde hace unos cinco mil años.

Se trata de algo que las mayorías no parecen dispuestas a aceptar, a medida que se informan objetivamente, de modo que lo entienden. Más bien está causando un descrédito vertiginoso de los potentados entre esos ciudadanos despreciados y condenados a pagar lo que otros se han robado.

Ante la impotabilidad de las contraproducentes recetas del Club Bilderberg, que pretenden entregarles los países a los banqueros ladrones sin establecer su culpa en el desastre ni aplicarles el condigno castigo, para ofrecer alguna solución que los ciudadanos avisados puedan admitir, otro tecnócrata lagarto al servicio de los Rothschild, Olli Rehn, ha salido a defender una política que antes él mismo había rechazado; a saber, que el “fondo de rescate europeo” financie directamente a los bancos.

Así se evita obligar a los países a mediar en la alcahuetería, declarándose en bancarrota y sumiendo a los ciudadanos en la miseria para pagar a costa de su bienestar lo que se han robado otros.

Desde luego, esto tampoco amenaza la hegemonía sionista, pero morigera su afán por imponer su gobierno mundial único, virtual, fantasmal o abstracto, despótico y mortal; o los obliga a explorar otros caminos para continuar la consolidación de su Nuevo Orden Mundial (NOM).

Dicho NOM es letal y radicalmente diferente a la Sociedad Democrática Global (SDG) de origen popular, con la cual los pueblos están confrontando el globalismo degenerado y mortal de los potentados.

Éstos están interesados en ampliar la brecha social, diezmar la especie, suprimir las diferencias culturales y ambientales para homogenizar a los sobrevivientes, y destruir la biosfera a través de las corporaciones multinacionales que materializan sus horrores.

En cambio, las multitudes dignas y soberanas son conscientes de la existencia de la globalización como un resultado objetivo del desarrollo de las fuerzas productivas, aunque bastante degenerado por la codicia capitalista. De hecho, su existencia fue anunciada temprana y lúcidamente por Marshall McLuhan con su teoría de la Aldea Global.

Por eso responden a la necesidad de un gobierno mundial reconociendo la dignidad de todos y cada uno como principio básico, lo cual exige el respeto a las diferencias y la declaración expresa de la diversidad como la gran fortaleza de la sociedad humana y de la Vida en general.

La financiación de los bancos por el fondo europeo también deja de presionar a los gobernantes para que entreguen el patrimonio público a los acreedores extranjeros que se ocultan bajo la noción de “mercado”, un monstruo abstracto e insensible, en el cual estamos obligados a dejar de creer si apreciamos la Vida y aspiramos a establecer una sociedad digna.

En consecuencia, aunque hay mucho que investigar y castigar entre los delincuentes de cuello blanco, la no mediación de los países en la refinanciación de los bancos es una salida más razonable y menos traumática a corto plazo, de modo que habrá de imponerse. También significa la derrota de la Merkel y un respiro para los pueblos.

Para Rajoy es una alternativa que impedirá que su disposición incondicional para arruinar a España quede totalmente desenmascarada, lo cual le permitirá continuar su labor de vendepatria sin obstáculos insalvables, al menos mientras los indignados no impongan su fuerza invencible.

Pero la verdadera solución no es automática ni obedece a los parámetros trazados por los enemigos comunes; exige la participación de todo el que se vaya quitando las vendas y recupere su dignidad. ¡Tú puedes hacer parte de ellos; es tu derecho aunque te hagan creer que no!


6/6 Anexos

6.1 Manfred Max-Neef: Es posible otra economia que no sea neoliberal

6.2 CIVES Nuevo orden mundial en libros de texto

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