Por Darío Botero Pérez
La absurda economía convencional (o financiera, o monetaria, o formal) que obstruye el funcionamiento de la economía real, obedece claramente a los designios milenaristas de fin del Mundo que aquejan a las religiones abrahamicas y que los banqueros degenerados e impunes, en particular los sionistas, se empeñan en realizar aprovechando su control del monopolio del dinero que les han cedido los vendepatrias que gobiernan los Estados y disponen de la riqueza común como si les perteneciese.
Entre las recetas prácticas fundacionales del Neoliberalismo para el gran público -aplicadas en 1973 y que incluyeron el asesinato de Salvador Allende y la anacrónica y abusiva guerra a los alucinógenos que habría de arruinar a los países al transformarlos, una vez despojados de sus activos, en parias dedicados a vivir del delito en que el Imperio decidió convertir las prácticas ancestrales de los pueblos-, el títere del sionismo, Richard Nixon, resolvió abusivamente rechazar la convertibilidad del dólar por oro, para estafar, entre otros, a los petroleros y evitar una guerra mundial por la apropiación del petróleo.
Con tales medidas unilaterales, se evidenció la estafa contra los pueblos del Mundo por parte del prepotente imperio y sus amos sionistas y wasp.
Dicha convertibilidad fue adoptada en los tratados de Breton Woods que crearon el FMI y el Banco Mundial, y le permitieron a la moneda masona convertirse en divisa de amplia aceptación mundial, abusando de la confianza (o lamentable situación) de los empobrecidos europeos.
El mecanismo convirtió la economía en un casino cada vez más globalizado e impersonal, como se lo han propuesto los potentados. Tal aberración le sirve al Nuevo Orden Mundial para imponer su gobierno mundial en la sombra, que nadie sabe quiénes lo integran porque se escuda en la noción casi abstracta de “mercado”.
La ofensiva se agravó cuando el actor Ronald Reagan decretó la “desregulación”, que no es más que el rechazo de las prácticas prudentes que habían mantenido a raya la codicia insaciable de los burdos capitalistas. Con tal medida condenó el sistema consumista a la desmesurada ambición, total insensibilidad, absoluta corrupción y notable irracionalidad de los potentados.
Desde entonces, los enemigos comunes se han dedicado a endeudar a los países para forzarlos a que les cedan sus riquezas naturales a cambio de sobornos a los politiqueros miserables cuya gran oportunidad para adquirir fortuna son los negociados que les permiten su función pública o su mera pertenencia al partido (o empresa politiquera) que esté festinando con el erario.
Los usuales cohechos y comisiones ilegítimas son una práctica universal, empleada por las corporaciones transnacionales para adelantar su destrucción de la biosfera y su apropiación de los países. Por ende, la Pfizer no tiene inconveniente en reconocerlo, pues sabe que ningún politiquero ni, mucho menos, los funcionarios de las entidades supranacionales que ejercen como elementos visibles del NOM aunque son impotentes para confrontar a sus patrones, están en capacidad de castigarlos como se merecen.
Por eso mismo, las trasnacionales que saquean las riquezas naturales sitas en los países proceden como les place, agotando los recursos que los funcionarios venales les han cedido como “concesiones” para que los exploten por un tiempo determinado ya que internamente no habría la capacidad para explotarlos…
La justificación de tales concesiones sería que las empresas extranjeras- tras los años de explotación pactados y el cumplimiento de algunos requisitos que suelen pasarse por la faja- aportarían la infraestructura y la capacitación necesarias, el llamado Know How, a fin de que los recursos reviertan al Estado para su explotación nacional.
Sin embargo, lo más frecuente es que la nueva camada de politiqueros resuelva lucrarse de los sobornos, extendiendo los plazos de las concesiones a gusto de los inversores extranjeros. Es una costumbre que el Neoliberalismo considera natural para lograr sus objetivos apocalípticos, y que los vendepatrias adoptan felices en su incapacidad para ver más allá de sus narices, que complementan con su capacidad para enriquecerse a cómo dé lugar.
Tal es el caso en Colombia con las trasnacionales que saquean la patria pisoteando la constitución y los derechos de los ciudadanos, pero contando con el beneplácito de los vendepatrias desesperados por obtener sus comisionsitas y adelantar sus negociaditos, pues nadie les garantiza que volverán a tener una oportunidad así, de modo que la moralidad no cuenta desde que, así se desprestigien y queden en evidencia social, les permitan conservar el fruto de sus felonías y mantener su impunidad penal.
Los casos son muchos y variados. Van desde los criollísimos contratos de Dragacol -que convirtieron una inversión privada y oportunista de cinco millones en una indemnización del Estado por 25.000 millones en beneficio de un notable cacique conservador, Hugo Escobar Sierra, ya fallecido, y su hábil yerno; o los hijos de Uribe que usaron un multiplicador más modesto (1.000 en vez de los 5.000 de Reginaldo Brand y su honorable suegro, todo un patriarca moralizador), de modo que convirtieron su inversión en un terreno de 30 millones, en una zona franca de 30.000 millones- hasta la prorroga de las concesiones a corporaciones trasnacionales que explotan recursos tan rentables como el níquel en Cerromatoso, y el hierro que no declaran, o el carbón del Cerrejón, o el oro de los sagrarios naturales, o cualquier cosa que despierten la codicia de los degenerados atlas dedicados a destruir el Mundo.
Cerromatoso lleva 30 años enriqueciéndose por cuenta de las angustias y penas de los nacionales, saqueando, sin piedad y con graves consecuencias sobre el medio ambiente, unos minerales insustituibles. Y ahora, como la mina sigue siendo rentable tras su súper explotación, en vez de permitir que el Estado y los ciudadanos se lucren de su extraordinaria productividad, los vampiros extranjeros están empeñados en que les prorroguen el saqueo.
Y es muy posible que la Contralora General se los permita, en vez de velar por la protección de los recursos naturales, como se lo ordena la CN, o, al menos, buscar que los saqueos beneficien al pueblo revirtiendo a la nación las empresas extranjeras que explotan los recursos no renovables e irrecuperables, para convertirlas en empresas industriales y comerciales del Estado.
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El secreto de tantos privilegios para los potentados es que su monopolio del dinero y su manipulación a los políticos y los gobernantes, les permiten apoderarse de la economía real, arruinar a los empresarios, condenar a los asalariados al desempleo, y subyugar a todos los funcionarios venales y a los ciudadanos indefensos, obligándolos a que cedan las riquezas comunes a vampiros extranjeros absolutamente indiferentes a la Vida.
Su descaro llega al extremo de condenar a las mayorías a la miseria en medio de una sociedad cuya productividad es capaz de garantizarles una vida digna a todos los humanos. Pero en vez de calmarle el hambre al prójimo despojado, prefieren convertir el Mundo en un basurero al transformar los insumos en desperdicios, en vez de reciclarlos evitando los saqueos crecientes a Pachamama.
En síntesis, le dan la espalda al desarrollo de las fuerzas productivas; establecen monopolios aberrantes; les quitan la soberanía alimentaria a las naciones; y pretenden sumirnos en condiciones sociales, económicas y políticas que ya estamos en condiciones objetivas de superar definitivamente.
La cuestión para los pueblos dignos es cambiar las sociedades piramidales de la Historia por las igualitarias, sensibles, civilizadas, amables y generosas que añoran las multitudes conscientes por todo el Mundo, y que podemos denominar genéricamente como Sociedad Democrática Global. Pero no serán los potentados ni sus sirvientes quienes lo harán sino sus víctimas, que somos todos los demás.
Como el desafío es mundial y la política neoliberal carece de matices porque los ineptos que la han trazado son incapaces de sutilezas y delicadezas, limitándose a trazar unas recetas generales y burdas que se aplican a todos los que van cayendo bajo su férula; vale la pena analizar el exabrupto español.
En España, como en todo el Mundo o, quizás, con más perversidad e impunidad que en la mayoría de los países subyugados, los banqueros ladrones salen premiados a costa de la miseria de las mayorías, hasta hace poco favorecidas por el Estado del Bienestar, cuya conquista tanta sangre ha costado.
Algunas cifras que se han ventilado públicamente nos dan pié para hacer unos pocos y dicientes análisis que ilustran claramente el propósito apocalíptico de las recetas económico-político-sociales surgidas de las calenturienta mente de Ayn Rand, y que conocemos como Neoliberalismo o Capitalismo Salvaje.
Como rezago del Estado del Bienestar, los parados han disfrutado de una ayuda estatal que asciende actualmente a 400 euros mensuales por persona, pero el gobierno de Mariano Rajoy está pensando en quietárselo.
Para efectos analíticos, podremos considerarlo como un derecho para cada uno de los 45 millones de españoles, incluidos los potentados estafadores.
Para toda la población, esta gabela costaría 18.000 millones mensuales, de modo que el rescate bancario de 100.000 millones de euros alcanzaría para un poco más de 5 meses y medio de subsidio para todos y cada uno de los habitantes, en caso de que su propósito no fuese enriquecer más a los ladrones banqueros y a sus miserables y desalmados lacayos politiqueros, para agravar la onerosa condición de sus víctimas.
Éstas son individualmente indefensas y están condenadas al holocausto bélico global, como lo demuestra contundentemente la experiencia de la segunda guerra, pues fue el recurso extremo para superar una crisis de carácter económico que era imposible resolver de otra manera si los potentados pretendían conservar sus privilegios, como ahora.
Si sólo se subsidiara a un millón de habitantes, el tiempo durante el cual recibirían el subsidio se multiplicaría por 45, de modo que disfrutarían de 250 meses o casi 21 años del beneficio.
Pero lo cierto es que del dinero del rescate sólo se benefician los banqueros y sus cómplices politiqueros y demás indeseables, que podemos estimar en unas 10.000 personas para efecto de estos cálculos. En tal caso, a cada uno le corresponderían 10 millones de euros, de modo que si se limitara a consumir 400 euros mensuales, le alcanzaría para 25.000 meses o 2.083 años.
En fin, la afrenta de los potentados contra las mayorías es lo típico en la Historia, como ya es sabido por todos los que se interesan por informarse. En consecuencia, es de esperarse que los sensatos se nieguen a morirse de hambre para que los banqueros puedan seguir impunes y acumulando la riqueza y el poder que nos pertenecen a todos y que estamos demorándonos demasiado para reclamar, hasta el punto de que es posible que estalle la guerra mundial que lo impediría definitivamente.
Ese es el propósito de las acusaciones sionistas del nuclear Israel contra Irán y su régimen teocrático, asesino y retrógrado, ciertamente empeñado en desarrollar la letal energía nuclear, incluyendo armas de destrucción masiva como las que posee Israel sin que nadie ose acusarlo y exigir que las desmantele.
El lío es que esto no lo resuelven las autoridades espurias que nos han suplantado sino que nos corresponde a quienes hemos abierto los ojos, de modo que sabemos que todos tenemos derecho a disfrutar la vida y las conquistas del conocimiento y el trabajo humanos, sin complejos de inferioridad o de superioridad, sin subordinarse a otros ni subordinarse a nadie.
Además, sólo se resuelve definitivamente a nivel mundial, para que los enemigos comunes no puedan protegerse mutuamente, dividiendo y frustrando a los pueblos.
La solución es urgente, pues los potentados están jugándosela a fondo para imponer su Juicio Final. Por tanto, es indispensable ampliar la lucha por la Vida a fin de vencer, pues la derrota significaría el exterminio para las mayorías y la perpetuación del gobierno de los sicópatas impunes, desalmados y desmesurados.
¡La amenaza es evidente y la solución está en las manos de quienes despierten y resuelvan luchar! ¡Tú puedes participar mientras aún sea posible!
Si para superar la historia es indispensable hacer un último holocausto, lo haremos.
Si para dejar de ser violentos y vivir en igualdad, justicia, paz y armonía, necesitamos un acto final de expiación, aunque contradiga los principios de la sociedad Democrática Global, lo haremos.
Si las vías pacíficas no logran despojar del poder y la riqueza a los sicópatas, no temeremos acudir por última vez a la violencia para recuperar lo que nos pertenece a todos. O sea, si hay que matarlos, los mataremos en vez de permitir que nos sigan asesinando como si careciésemos de valor y derechos y ellos tuviesen privilegios sobre la misma Vida.
Lo cierto es que no permitiremos que sigan matando a más inocentes, como hace la bestia que asuela a Siria, el detestable médico Bashar al Assad, apadrinado por regímenes criminales como los de Rusia, China e Irán, que también han de caer pronto, junto a todos los demás, pues las sociedades jerárquicas (o piramidales) ya no son admisibles y las transformaremos por sociedades planas.
Vamos a construir sociedades realmente democráticas, donde cada individuo cuente como uno, en vez de cómo dos o más, y en las cuales pueda intervenir directa y abiertamente en los asuntos que le interesen. Las falsas democracias representativas, las teocracias y cualquier otro régimen jerárquico, autocrático o totalitario, serán repudiados y enterrados junto a la Historia y sus grandes beneficiarios, los potentados.
La tarea es común y ya está en marcha. Ningún participante necesita permiso de nadie para defender directamente sus intereses y derechos. O sea, eres libre de participar tanto como de sentarte a esperar el inevitable Apocalipsis.
La postura ganadora será la que atraiga más adeptos conscientes. Por fortuna, las masas amorfas y fanatizadas -aunque, como lo vemos diariamente con tantos suicidas tontos, están resueltas a dar su propia sangre para defender los intereses de sus amos- no pasan de ser fuerzas brutas e ineptas, manipuladas por quienes piensan, de modo que se sienten superiores y capaces de mantener sus privilegios aprovechando la estupidez de quienes les creen sus mentiras.
En cambio, las multitudes –conscientes; apersonadas de sus derechos innatos; decididas a reivindicar su dignidad, y reacias a arrodillársele a cualquier ambicioso, por muy asesino, carismático o demagogo que sea- son arrasadoras e invencibles, como lo estamos viendo y cada vez será más claro y universal.
Si cuentan contigo, su fuerza cada vez será mayor; y el triunfo de los demócratas, más probable. Consulta a tu conciencia, pues posees una y te exige que seas responsable a pesar de los que te indiquen tus enemigos.
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