Autor: Darío Botero Pérez
Enviado por: Darío Botero Pérez
1/7 Solución auténtica
El texto de Ricardo Natalichio, Director de EcoPortal, publicado por Preserve Planet; “Del uso al abuso de la naturaleza. La conciencia ecológica ya no es suficiente”, que anexo, denota una posición radical indispensable para aspirar a conservar algo del maravilloso Mundo que ha sido capaz de generar y sustentar la Vida.
Al respecto es suficientemente clara y contundente su afirmación de que “Sólo estableciendo un sistema socio-económico completamente nuevo y diferente, donde la estructuración de la sociedad sea pensada bajo pautas de respeto y cuidado de la naturaleza, desde una conciencia ambiental amplia y abarcativa, de un uso sabio y sustentable de los recursos que nos brinda la naturaleza, podremos pensar en la supervivencia de nuestra y muchas otras especies” (negrilla agregada).
2/7 Distractor falaz
Sin embargo, no ha sido capaz de sustraerse a la trampa montada por Al Gore con su documental tendencioso, “Una verdad incómoda”.
Con éste y su filosofía, los defensores del consumismo y enemigos de la Vida pueden alimentar falsas esperanzas de impunidad personal y colectiva, pero sólo para ellos. Las basan en la noción de culpa individual, que tan útil ha sido en las sociedades jerárquicas para eludir las responsabilidades de los gobernantes sin perder sus privilegios, pues terminan culpando de sus cuitas a las víctimas mientras los verdaderos culpables, inmunes e impunes, continúan posando de superiores y cometiendo sus atropellos contra la Naturaleza y la Vida sin que exista alguna autoridad establecida capaz de oponérseles para impedirlo.
Ese es el grave peligro de la noción de la “huella de carbono”. Su oportunismo pretende agobiar al individuo inerme con arrebatos de arrepentimiento por su consumismo absurdo, cuando no es más que una víctima de las técnicas de manipulación de las mentes que lo convierten en un consumidor irracional degenerado por el “mercado”.
Desde luego, la producción cotidiana de basura y, en particular, la emisión de gases con efecto invernadero por causa del uso de los necrocombustibles, son actos que involucran a los ciudadanos con capacidad de gasto en la cadena de depredaciones que están destruyendo la biosfera a un ritmo infernal o apocalíptico.
Pero su actitud es inducida por los medios de desinformación y manipulación de masas más que por un instinto depredador invencible, como el que caracteriza a los sicópatas que han dominado en la Historia y están apurando su agonía asesinando el planeta con sus contenidos.
No obstante, estos personajes degenerados son tan cínicos, arrogantes, ignorantes, demagogos, mentirosos, osados, temerarios, calculadores, oportunistas, cobardes, prepotentes, desalmados, inescrupulosos y asesinos que eluden todas sus responsabilidades para asignárselas a chivos expiatorios.
Y los sacrificados al Moloch del mercado no son otros que esos humanos ingenuos, sumisos, crédulos y acríticos, generalmente sumidos en la ignorancia propia de los amos que la difunden, pero, a diferencia de éstos, sensibles a los desastres palpables tanto como a la información tendenciosa, de modo que son susceptibles de dejarse engañar, como lo han sido y lo seguirán siendo mientras no se aclare la Verdad y se identifique y castigue a los auténticos culpables de tantos desastres.
O sea, como propone Natalichio, es indispensable establecer “cuáles fueron los errores que los seres humanos cometimos para haber llegado a estas instancias, en las que posiblemente quedemos al borde de la extinción y no volver a cometerlos.”
3/7 Aclaración de responsabilidades
Pero debemos diferenciar entre víctimas y victimarios para evitar que éstos sigan haciendo de las suyas sin recibir castigo alguno, pues, si continúan con sus atentados contra la Naturaleza, nos dejarán sin futuro, por muchos golpes de pecho que nos demos.
No todo hombre es un lobo para el hombre. Pero quienes no lo son tienen la obligación de desenmascarar a quienes sí lo son, sobre todo ahora cuando disponemos de los medios para combatirlos dado el extraordinario desarrollo de las fuerzas productivas. Éste ha permitido construir el Ágora Universal donde el ejercicio de la democracia directa es posible, como nunca lo había sido.
De ahí la enorme fuerza de las generaciones vivas que, por primera vez, cuentan con la posibilidad cierta de cambiar las sociedades jerárquicas que han dominado en la Historia.
Tienen la oportunidad de remplazarlas por organizaciones planas, solidarias, equitativas, igualitarias, justas, en fin, donde cada uno pueda desarrollar sus talentos sin condiciones ni limitaciones arbitrarias debidas a su nivel de ingresos o a sus relaciones sociales o a su falta o, al contrario, a su abundancia de escrúpulos, o a cualquier otra razón esgrimida para impedir la realización plena del ser humano, amargándole y frustrando su vida y privando a la sociedad de sus eventuales aportes.
Ahora cada individuo tiene el poder para participar en los asuntos que le incumban sin tener que someterse a lo que le prescriban sus presuntos representantes o, peor aún, unos funcionarios designados por éstos o impuestos por los amos del Mundo a su arbitrio y conveniencia, como los lacayos del Banco Mundial, del Banco Central Europeo o del Fondo Monetario Internacional, por ejemplo, cuyas gestiones convierten los países soberanos en botín para los potentados y mazmorras para los ciudadanos.
Así lo están entendiendo los griegos, según lo demuestra el reciente suicidio de un pensionado, que tiene conmovidos y agitados a sus compatriotas, lo cual amenaza con convertirse en un motor de la indignación de las multitudes hartas del Neoliberalismo y, sobre todo, de las humillaciones a que las someten quienes lo promueven, como sucedió en Túnez con el vendedor de frutas agredido por la policía y que resolvió auto inmolarse en diciembre de 2010.
Paralelamente, es este mismo desarrollo de las fuerzas productivas el que vuelve tan peligrosos a los lobos humanos, pues con los logros tecnológicos y científicos disponibles su capacidad de depredación no tiene antecedentes porque es capaz de acabar con todo en cuestión de días.
Entre otras amenazas letales, los arsenales nucleares lo garantizan. Por eso es indispensable desmantelarlos todos, a la mayor brevedad. Pero los potentados jamás lo harán ni lo permitirán, como tampoco renunciarán a sus mega máquinas ni a sus enormes plataformas para la extracción de petróleo, por agregar otro par de ejemplos.
Más que ponderar la “huella de carbono” promovida por Al Gore como asignable a cada consumidor irracional mientras la destrucción de las fábricas naturales de oxigeno se extiende exponencialmente, muy a pesar de los “bonos de carbono” con que los nuevos pecadores pueden -o así se los hacen creer a través de los medios de manipulación de masas- limpiar sus conciencias a un precio relativamente módico; para defender la Vida es indispensable identificar, denunciar y detener a quienes promueven las agresiones deliberadas y desaforadas contra todo tipo de ecosistemas, por todo el Mundo y simultáneamente.
De todos modos, la distorsión del juicio promovida por las corporaciones depredadoras a fin de eludir sus grandes responsabilidades, es otro motivo para repudiar las sociedades que les han permitido a los potentados cometer tantos abusos.
En consecuencia, la alienación ideológica refuerza la necesidad de superar las sociedades que la difunden. Lo lograremos mediante la instauración de la Sociedad Democrática Global basada en la Verdad, que será capaz de vencer el Nuevo Orden Mundial de los potentados, defendido por personajes como Al Gore y otros siervos de gran calado o, al menos, de gran figuración, como los Clinton, afectos al Club Bilderberg.
4/7 Causas reales
Comparativamente, el intento de achacarle las crecientes catástrofes ambientales al calentamiento global pero, sobre todo, atribuirle éste a la actividad humana y a la digestiva de los mamíferos vegetarianos, es tan desproporcionado y sesgado como la campaña mundial contra el consumo de tabaco, al que se le quiere culpar de tantas enfermedades causadas por la contaminación atmosférica.
Casualmente, la contaminación del aire con su mayor incidencia de tales dolencias en la salud humana (y también en la de los animales, los protistos y las plantas) es debida, fundamentalmente, al uso de los necrocombustibles.
Y empeora con la mala calidad de éstos, como sucede en Medellín, Colombia, cuyo combustible derivado del petróleo y suministrado por la empresa estatal ECOPETROL, es diez veces más contaminante que el índice superior admitido por la OMS, pero al consumidor le cobran como si fuese el mejor del Mundo y lo tuviesen que importar de la Cochinchina, lo cual hace bastante rentable la empresa, ahora penetrada por particulares.
Pero a los consumidores indefensos e individualmente impotentes los culpan del calentamiento global para agobiarlos con el peso de su pecado a fin de evitar que reflexionen.
No obstante, cada vez más personas entienden el perverso truco, de modo que eluden las distracciones y apuntan a lo fundamental, evitando el auto engaño tanto como la impunidad de los verdaderos culpables, quienes no son otros que los potentados y sus siervos. Es obvio que éstos son los causantes y promotores de la crisis definitiva que nos tiene al borde de la extinción, de modo que no debemos dudar en culparlos e impedir que consoliden sus crímenes.
Dichos verdaderos culpables, no podemos olvidarlo y es necesario insistir y remarcarlo, son los enemigos comunes; esto es, los potentados de todos los pelambres que comparten e imponen sus nociones de jerarquía, autocracia, superioridad, discriminación, consumismo y depredación, ahora exacerbadas con el absurdo y letal Neoliberalismo, que todo lo arrasa, degenera y desvaloriza, demostrando su carácter absolutamente anti económico pero sionistamente ideológico y mortal.
Ante el grave peligro en que nos han sumido, tenemos la obligación urgente de preservar lo poco de biosfera que no ha destruido el capitalismo en escasos 200 años de individualismo despojador, depredador y mezquino. En tan poco tiempo el irracional sistema ha convertido el Mundo en un verdadero paraíso para demonios involucionados, posiblemente ángeles caídos que se complacen en los infiernos y se esmeran por hacer de la Tierra uno de ellos.
Es evidente el contraste con las culturas milenarias respetuosas de la Naturaleza, de las que debemos aprender sostenibilidad verdadera en vez creer los embelecos con que nos engañan los potentados y sus lacayos.
Si no lo hacemos, el consumismo que el Neoliberalismo ha impuesto en el Mundo entero a regímenes de todas las ideologías, acabará con los restos en muy pocos meses; tan pocos que hasta los viejos lo veremos.
En consecuencia, el futuro de los jóvenes será el que les ha trazado el judaísmo con su Juicio Final, ahora agenciado por el sionismo como el proyecto Doomsday, y que el apóstol Juan confirmó para los cristianos en su Apocalipsis con su batalla del Armagedón.
Ojalá los musulmanes, tan machistas y apabullados por sus pastores y sus creencias, no les hagan el juego.
Todos esperamos que aprovechen la Primavera Árabe para establecer el semillero del tipo de sociedad capaz de enterrar la Historia.
Pueden protagonizar un movimiento de progreso auténtico que nos garantizará una Nueva Era de paz, armonía y prosperidad a medida que se consolide la Sociedad Democrática Global en la cual todos valgamos lo mismo; o sea, lo máximo posible sin discriminaciones de carácter negativo, e independientemente de las creencias, las inclinaciones y los gustos que tengamos.
5/7 La amenaza del narcotráfico
Una tergiversación semejante a la del calentamiento global como culpable de las crecientes tragedias ambientales, o a la del consumo de tabaco como causante de las enfermedades respiratorias y los cánceres, es la tejida -esta vez sin atenuantes válidos, pues se trata de prácticas avaladas por la tradición de muchos pueblos- alrededor de la arbitraria prohibición de los alucinógenos por castrados éticos aficionados al crimen y al dinero que produce, pero cubiertos con presuntas morales estrictas que demostrarían su superioridad respecto a quienes dan rienda suelta a sus deseos sin hacerle daño a nadie.
O sea, los adictos proceden acatando la ética pero respondiendo a su condición humana, así los potentados nieguen ésta o la demonicen a través de sus predicadores armados con morales inhumanas pero presuntamente superiores a la ética, lo cual autorizaría a quienes las comparten, creen ellos, a despreciar a los demás tanto como a negarles sus derechos y hasta a sacrificarlos para mayor gloria de dios.
Dicha absurda prohibición está fundada en falacias y sofismas; y es justificada con hipótesis absurdas, negadas por la realidad pero que los moralistas miopes, perversos y genéticamente limitados para la lúdica (o amargados innatos) insisten en anteponer a razonamientos juiciosos, a experiencias ciertas y a verdades antropológicas innegables.
Tal política inhumana ha conllevado resultados desastrosos para los pueblos. Los ha envilecido al involucrarlos en el sucio y artificial negocio gerenciado por la DEA y que el Imperio usano no está dispuesto a perder, pues es una decisión estratégica en su propósito de convertir en parias o inviables los países que caen en sus garras.
De esta manera, los potentados del Nuevo Orden Mundial -valiéndose de los lacayos que traicionan a los pueblos mientras dicen gobernarlos- causan ruina, miseria y desolación. Proceden impunemente a medida que destruyen las vidas de los ciudadanos ajenos al poder, en particular las de los jóvenes condenados a ganarse el pan como bandidos.
Mientras tanto, despojan los países de sus riquezas, destruyen sus territorios y envenenan sus aguas y sus aires con gravísimas consecuencias para las especies vivas, incluyendo la nuestra, corrompida por los potentados.
Con sus actos apenan a las mayorías decentes, dignas y respetuosas que detestan el crimen pero son impotentes ante los criminales, sobre todo cuando se trata de integrantes de las cúpulas dominantes o de sus esbirros armados hasta los dientes, desalmados sin límites y mentirosos hasta la demencia.
Por eso no podemos acolitar la farsa que la Cumbre de las Américas pretende agitar para desviar la atención de los pueblos de los graves atentados a que los han condenado las corporaciones transnacionales comprometidas en la destrucción acelerada e irreparable de la biosfera.
Tales monopolios depredadores y genocidas disimulan sus crímenes como empresas rentables capaces de producirles dinero, lo cual es un motivo suficiente para los viles.
El propósito de obtener dinero a cómo dé lugar, no se atreven a cuestionarlo quienes anhelan ascender en estas sociedades piramidales, pues afectaría gravemente el credo neoliberal y, en general, el mercantil que hace siglos mueve el Mundo que los depredadores llaman “civilizado” y que los sionistas controlan a través de su viejo y estratégico monopolio, el financiero.
Desde luego, la nueva sociedad requiere arrebatárselo a tan persistentes y peligrosos enemigos comunes, o será imposible trascender las actuales, de modo que desapareceremos con la Historia, como lo desean los herederos de Abraham, en particular los que descienden del tramposo Jacob, que siguen empeñados en negarles sus derechos a los vástagos del primogénito Esaú y, de paso, a los demás seres humanos ajenos a las doce tribus.
No les importa que constituyamos la mayoría de habitantes del Mundo, pues no somos parte del “pueblo elegido”, de modo que estorbamos para su discriminatoria mentalidad. ¿Estarán en lo cierto?
6/7 Desastre ambiental y ético
Brasil parece estar entendiendo la necesidad urgente de oponerse al mortal Neoliberalismo, si juzgamos a partir de su reacción al derrame de petróleo en el Atlántico Sur causado por la Chevron. ¿Lo entenderán los demás títeres al servicio del consumismo jerárquico y abiertamente depredador, en particular los que posan de antiimperialistas?
Es difícil que lo entiendan, pues sus intereses y su atención suelen estar dirigidos a asegurarse la adquisición de fortunas personales, generalmente como migajas de lo que les ceden a los imperialistas desalmados.
Los autorizan abusivamente para saquear las riquezas naturales existentes en los países sin admitir que nadie tiene derecho a destruirlas porque son patrimonio de toda la Humanidad y de las demás expresiones de Vida que pueblan la Tierra y que necesitan conservarlas para sobrevivir, lo cual requiere usarlas racionalmente, con respeto e inteligencia.
En consecuencia, los gobernantes traidores o vendepatrias suelen hacerse los ciegos frente a las depredaciones criminales, como las que adelantan los potentados en los países de la cuenca amazónica, y que son bastante notorias en Brasil aunque se presentan en todas estas neocolonias y ahora hasta en la otrora orgullosa y avanzada Europa, condenada a perder sus riquezas para amortizar sus deudas, tanto las públicas como las privadas.
También las han sufrido estados de USA, algunos de ellos convertidos en basureros radiactivos o en campos desolados por la agricultura extensiva de monocultivos o por la extracción demencial de sus recursos naturales, incluidos el oro, el gas y el petróleo. ¡Ni a Alaska la respetan!
Por eso es alentador que la actitud frente a las petroleras contaminantes esta vez no sea tan servil, a juzgar por la negativa de Dilma Rousseff a dejarse meter los dedos en la boca por la Chevron a raíz de los daños causados por el derrame petrolero en el mar patrimonial del Brasil, como sí se los metió la BP a Barak Obama en 2010, en pleno mundial de fútbol, cuando causaron y prolongaron el mortal derrame que contamina, desde entonces, las playas, los pantanos y los manglares de Luisiana, desde la profundidad del mar y hasta la superficie, en el Golfo de México.
¡Ya veremos si los cipayos americanos salen en defensa de la Vida o siguen alimentando los crímenes que surgen de la ilegalización de los alucinógenos mientras sus amos nos dejan sin futuro al saquear nuestros recursos!
7/7 ANEXO
“Del uso al abuso de la naturaleza. La conciencia ecológica ya no es suficiente”
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