jueves, 19 de abril de 2012

Molestia para imperialistas

Autor: Darío Botero Pérez
Enviado por: Darío Botero Pérez

1/4 Insólita independencia

La actitud soberana de Argentina respecto a la nacionalización de la petrolera YPF, controlada por la española REPSOL (la empresa del rey de España, destacado miembro del Club Bilderberg, fratricida y cazador de elefantes) desde que Carlos Menem la privatizó, contrasta con la de la Cuba de los Castro, tan antiimperialistas pero, actualmente, resueltos a participar en el desespero neoliberal por destruir la biosfera a nombre del “desarrollo”. Tal es el significado de la autorización para que ese oligopolio petrolero holle y destruya el litoral de la hasta ahora atractiva e independiente isla.

Lo valioso de la expropiación de REPSOL es que desafía al gobierno mundial en la sombra del Nuevo Orden Mundial patrocinado por el Club Bilderberg, que tanto ha avanzado en el despojo de las soberanías de los países.

Por su culpa, los pueblos están condenados a no disfrutar los frutos del desarrollo porque los potentados han resuelto apropiárselos, así sea para convertirlos en basura. De tal manera, protagonizan un derroche de trabajo humano y recursos escasos que refleja la decadencia imparable de quienes proceden así. Lo hacen aprovechando la venalidad y la bajeza de los gobernantes que traicionan a los pueblos para servirles incondicionalmente a los enemigos comunes a cambio de reconocimientos y centavos.

En consecuencia, lo que le da fuerza a la decisión soberana del gobierno argentino -que tanto escandaliza a los cipayos de todas las latitudes, comprometidos con la imposición de las recetas neoliberales a como dé lugar y ansiosos por atraer la ruinosa inversión extranjera capaz de convertir nuestras feraces tierras en desiertos, a corto plazo-, no es el ocasional oportunismo sino el hecho de que hace parte de una serie de medidas adoptadas al margen de las órdenes del Fondo Monetario Internacional, desde las épocas del “corralito argentino” que impidió sumir al pueblo en una pobreza de duración indefinida y absolutamente criminal, mientras el control de sus riquezas pasaría a manos exclusivas de las multinacionales.

Reconociendo que la Argentina está sometida a enormes presiones y saqueos que no podemos ignorar -como la pesca criminal que diezma la población marina, o la destrucción del glaciar Pascua-Lama, compartido con Chile, y la exploración submarina de hidrocarburos, que amenazan sagrarios naturales; amén de otros auténticos crímenes ecológicos que la mayoría de sus gobernantes están empeñados en profundizar para obtener algunas monedas, como los menesterosos que se complacen recibiendo las migajas que caen de las mesas de los ricos Epulones-, tampoco podemos negar lo que afirma el escrito “YPF vuelve a ser nacional”, publicado por el partido Patria y Pueblo argentino:

“Estamos en un punto de inflexión en nuestra vida económica de efectos comparables a los de la nacionalización del petróleo mexicano por Lázaro Cárdenas, tan alabada por León Trotsky. Se suma a la reducción de la deuda externa, el quite de injerencia al FMI, la nacionalización de los fondos jubilatorios y a la nueva Carta Orgánica del Banco Central en la lucha por liberar a nuestra economía de la tutela extranjera agigantada bajo los regímenes de Martínez de Hoz y Cavallo.” (Subrayas agregadas).

Quizás enmendando la plana neoliberal que tan sumisamente adoptó Carlos Menem contando con el apoyo de los dos tórtolos, Raúl y Cristina, en ese entonces jóvenes y enamorados; o porque la envergadura del yacimiento “Vaca Muerta” despierta gran codicia, iluminando las mentes de quienes perciben la oportunidad de no satisfacerse con migajas; el peligro que han sabido eludir los Kirchner al negarse a seguir aplicando las recetas neoliberales, era del mismo tenor que conllevan las medidas que les han decretado a Irlanda, Portugal, Grecia, España y hasta a Italia, y que los gobiernos ineptos y sumisos se han apurado en adoptar.

Ahí va la cuenta de las víctimas europeas más notables de la crisis definitiva del sistema, que Islandia está capeando mediante la recuperación de su soberanía financiera mientras sus pares condenan a sus habitantes a la miseria para que los bancos no pierdan o para que recuperen lo que se han robado los banqueros impunes.

No obstante, los potentados se niegan a admitir la gravedad agónica de la crisis mientras patalean por ocultarla y profundizarla aplicando medidas contraproducentes que ya los pueblos no aceptan porque los despojan completamente de su soberanía, sometiéndolos a la depredación y la extinción. Saben que están condenados por los cipayos farsantes, tan despreciables y obedientes a los mandatos de los potentados, pero no se resignan. Prefieren morir luchando que sobrevivir de rodillas y en la miseria.

La gallarda reacción de los pueblos contrasta con la abyección de los gobernantes. Tal es el caso con Mariano Rajoy, el primer ministro de España, quien procede con la misma sumisión que su antecesor José Luis Rodríguez Zapatero, presuntamente socialista, o socialista plutocrático, como los que han acabado con las conquistas sociales en Francia desde los 1980, a partir de la presidencia de Francois Mitterand.

El flamante líder del Partido Popular, como la sumisa y degenerada clase dirigente de Colombia, adoptó la llamada “regla fiscal” mediante una reforma relámpago de la Constitución promovida por el primer ministro de entonces, a quien solía criticar y de cuyas actuaciones solía separarse.

En la misma tónica de sumisión vergonzosa, que a ellos los llena de orgullo, ahora se afana por implementar todas las medidas que le exige Angela Merkel, secundada por el fascista Nicolás Sarkozy, mientras Italia y Grecia han sido sometidas, de una vez, a ser administradas a espaldas de los pueblos por funcionarios de los potentados banqueros, adoptando todas las recetas que les prescriban y cuyo propósito es aumentar el sufrimiento de los ciudadanos inermes y, presuntamente, impotentes.

Pero cualquier intento de superar la crisis es en vano porque cada día es más profunda, aunque los vendepatrias no entienden que las medidas que les exigen aplicar son las que la profundizan, de modo que sólo adoptando una actitud soberana por parte de los habitantes, que les queda imposible a la inmensa mayoría de los gobernantes actuales, se podría vencer el desahucio neoliberal.

No obstante, es de esperarse que reflexionen los gobernantes de Latinoamérica que posan de izquierdistas; o sea, de defensores de los derechos de los pueblos contra los atentados de los potentados. Al menos, eso es lo que supone la teoría respecto a esa escuela ideológica, tan rica en variedades como cualquiera de las redes con que se caza ingenuos por parte de los polítiqueros y sus amos potentados.

2/4 Ejecutorias de cipayos

Como nos lo recomendó Jesús para acertar y no caer en engaños retóricos, debemos juzgar por los hechos, pues la palabra puede con todo, según lo demuestran los teatreros cínicos, hábiles para el engaño y maestros en eludir la justicia, como el culebrero de Salgar, Álvaro Uribe Vélez.

Este personaje sigue atormentando a Colombia tras ocho años de dictadura mafiosa y neoliberal que nos tiene al borde de convertirnos en el Haití de Suramérica.

No importa lo que prometa Juan Manuel Santos Calderón ni, tampoco, que la Clinton nos califique de milagro económico y remanso de paz para que las grandes corporaciones no teman invertir en nuestra patria o, al menos, cuenten con excusas para hacerlo, así las amenazas de las guerrillas y de la delincuencia común no dejen de crecer, tanto como la injusticia social y la ira de los oprimidos.

Tal es el papel del bajo “grado de inversión” reconocido por alguna calificadora de riesgo ante la abyección de Uribe Vélez. Este personaje, enamorado de los potentados que posan de amos del universo, buscó comprometer nuestros recursos con estrategias tan deplorables como la concesión de títulos mineros por montones. O como la estabilidad contractual que les garantiza inmunidad jurídica para sus abusivas prerrogativas a los saqueadores, confirmadas abierta y estentóreamente por Juan Manuel Santos, entre las que está el no cobro de impuestos a quienes resuelvan explotar nuestra barata mano de obra en las llamadas “zonas francas”, que también multiplicó Uribe y sirvieron para que sus hacendosos hijos, Tom y Jerry, resultasen convertidos en multimillonarios súbitos e impunes.

Entre los privilegios para quienes explotan el sector primario, incluidos los que arrasan con las selvas y los páramos, están el pagar unas regalías irrisorias tanto como saquear los sagrarios ecológicos que se les ocurran y hasta asesinar impunemente opositores, como lo ha hecho la Drummond con quienes denunciaban sus ecocidios en la Guajira mientras envilece y deteriora gran parte de la costa atlántica, cuyos encantos cada vez son menos atractivos debido a la contaminación, como va a ocurrir en Cuba si los gobernantes “comunistas” no rectifican su decisión ecocida.

Al respecto de la Drumond, tenemos que tener presente que 500 sindicalistas de esa empresa fueron asesinados, contando con la complicidad del gobierno, por cuenta de la trasnacional durante la dictadura de marras, tan detestable pero complaciente con los verdugos.

3/4 Criterios de Verdad

Pero si juzgamos por los hechos, como debe ser para no caer tan fácilmente en engaños, los compromisos con toda clase de corporaciones depredadoras -como las mineras, que incluyen las petroleras y las gasíferas, y las que construyen infraestructuras gigantescas (represas, túneles, carreteras, plataformas de explotación de gas y petróleo, etc), o las que privatizan los monopolios de naturaleza pública, como las telecomunicaciones, la salud, los servicios de agua potable, energía y aseo, o la misma estratégica educación que constituye la base del progreso en la Sociedad del Conocimiento- demuestran que los gobiernos de “izquierda”, tanto como los meramente “democráticos representativos”, le han sido más útiles al Imperio que las dictaduras militares con que iniciaron la imposición del Neoliberalismo hace cerca de 50 años, y que en Augusto Pinochet, desde 1973, tras su asesinato de Salvador Allende, hallaron su más nítida aunque no la única expresión de tales barbaridades impuestas como recetas económicas válidas.

Al menos, con ilusiones de progreso -predicadas por “tecnócratas” poseedores de una supuesta sabiduría esotérica y milagrosa adquirida en las universidades usanas, pero cuya aplicación sólo ruina ha conllevado-, se las han impuesto a los pueblos que caen en sus garras, pues les dicen que mediante su aplicación pueden superar el presunto “subdesarrollo”; y como que se lo creen los codiciosos gobernantes, en su simpleza e ineptitud.

Sin embargo, este supuesto atraso económico respecto al voraz antisistema dominante en los países dependientes y en sus metrópolis, no significa otra cosa que la conservación de prácticas sociales, económicas y culturales sustentables, confirmadas por cientos y hasta miles de años por los pueblos ancestrales y diversos que el Neoliberalismo quiere extinguir.

Desde luego, tales costumbres saludables son ajenas a la barbarie depredadora del capitalismo consumista y jerárquico que condena a las mayorías a la sumisión y la miseria; al Mundo, a convertirse en un gigantesco basurero tóxico; y a la Naturaleza, a su pérdida de las condiciones, forjadas durante miles de años, que sustentan la Vida en todas sus manifestaciones.

El saqueo de los recursos naturales y el despojo de los pueblos que promueve el Neoliberalismo por todo el Mundo y en todos los países, independientemente de la ideología en que se escuden quienes los gobiernan, se les ha facilitado a las multinacionales de todas las banderas, no sólo a las de USA, aprovechando la confianza que los cipayos, presuntamente progresistas, cuando no nacionalistas, generan en sus pueblos.

De la estrategia apocalíptica hace parte la proliferación de los leoninos Tratados de Libre Comercio. Con éstos apabullan a los pueblos mientras abren incondicionalmente los mercados de las neocolonias y sus recursos naturales a la voracidad de los monopolios y oligopolios internacionales controlados por los potentados dueños del Mundo.

Por eso, la única manera de impedir el saqueo monumental capaz de extinguirnos en el corto plazo arrasando con todas las culturas ajenas al mercantilismo consumista y su degeneración histórica más perversa, el Neoliberalismo o Capitalismo Salvaje, es asumiendo en nuestras propias manos el destino común, como lo han venido haciendo algunos pioneros dignos que tenemos la obligación de secundar lo más pronto posible.

La razón para que la tarea recaiga definitivamente en manos de los pueblos, es que todos los vendepatrias están comprometidos con los potentados sionistas empeñados en destruir el Mundo.

Lo pretenden aprovechando el control financiero que los grandes usureros históricos han sabido imponer tras siglos de monopolización del servicio público constituido por la moneda y la economía financiera o monetaria, en general. Es una realidad social de las sociedades mercantiles, tan necesaria para que circulen los productos como artificial o convencional, lo cual la hace particularmente vulnerable a las decisiones soberanas de los pueblos.

O sea, mediante una convención democrática, el dinero puede dejar de ser un instrumento de opresión, enriquecimiento y exclusión para convertirse en uno de promoción del consumo individual abundante y de calidad, tanto como de la libre empresa, a nivel del ciudadano común y corriente, enemigo de los monopolios y ajeno a los circuitos del poder pero hasta ahora, bajo las sociedades imperantes en la Historia, subyugado por los políticos y los potentados a los que éstos sirven como lacayos incondicionales aunque envidiosos.

En definitiva, la defensa de las llamadas riquezas naturales, el rescate de la soberanía y la protección de la Vida, incluida la de los humanos destinados al matadero por los potentados, son tareas que les competen a los pueblos porque quienes posan de dirigentes jamás serán capaces de adelantarlas.

Pero sería muy interesante que los gobiernos jerárquicos que posan de democráticos asumieran una actitud independiente y radical, como podría suceder si les da por ajustar sus comportamientos a sus promesas de campaña.

Sin embargo, esperar que sean consecuentes y capaces de llegar hasta las últimas consecuencias, significaría que no hemos aprendido nada aunque ahora el conocimiento de la Historia y sus canalladas está al alcance de cualquiera, de modo que no tenemos la obligación de repetirla.

De todos modos, no estamos para seguir creyendo en redentores ni para admitir que los “representantes” nos representan.

La democracia directa está al alcance de todos y a todos nos compete ejercerla. Pero no obligatoriamente, pues es un asunto de toma de conciencia y de madurez política en vez de un ejercicio simbólico, a veces obligatorio, del derecho a elegir a los verdugos periódicamente, lo cual despoja a los pueblos de su soberanía mientras los ciudadanos venden o negocian su voto.

¡Cada uno resuelve si ejerce como un ser autónomo y único; o si continúa confiando en que otros lo salvarán! ¡Es tu decisión! ¡Conviene que la consultes con tu conciencia, teniendo presentes tus verdaderos intereses en vez de los de los amos!

4/4 ANEXOS

4.1 España, ¿qué España?

4.2 Repsol, líder en violar los derechos indígenas

4.3 El Pretexto Cimático (I). 1970-1982: La ecología de guerra

4.4 YPF vuelve a ser nacional

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